Opinión

La pesadilla del lateral derecho

Cancelo, recta final

Cancelo, recta final / Instagram

Recuerdo una conversación telefónica con Bartomeu, poco después de la llegada de la directiva de Rosell al club. Entonces era el vicepresidente deportivo y, por lo tanto, el hombre al que había que acudir en busca de noticias.

Era hermético en lo puntual, no tanto en lo conceptual. Ahí se explayaba. Su teoría era que había que empezar a traspasar a los jugadores en el momento adecuado para sacar rentabilidad económica y, a la vez, tener preparado el recambio para hacer que la rueda siguiera girando. Puso como ejemplo a Alves y como horizonte el Mundial de 2014, cuando entendía que podía llegar a su máxima cotización. Es por lo que pienso que la conversación debió tener lugar sobre 2011 ó 2012. No es lo más importante, lo determinante es que pasó el Mundial de 2014 y Alves no solo no se traspasó sino que no se le renovó en el momento justo para evitar que se marchara de malas maneras, ¡y gratis!, en 2016. Y tampoco tenía el club preparado ningún recambio, ni en la cantera ni en el mercado, para sucederle. Es lo que va de la teoría a la práctica.

LA TEORÍA

Este episodio viene como anillo al dedo para analizar la pesadilla que vive el Barça con el lateral derecho desde que Alves se marchó hace ya siete años. Precisamente, otra teoría, la de que cualquiera servía para lateral estuvo ampliamente aceptada en el fútbol español durante años. Cruyff fue el primero en darles importancia y categoría de especialistas en su sistema, que es la madre del estilo que ha utilizado el Barça desde entonces. En el Barça no sirve cualquiera para jugar de lateral. Por el lado derecho han pasado Douglas, Semedo, Aleix Vidal, Mingueza... y se ha parcheado, demasiado tiempo, con Sergi Roberto y, últimamente, con Araujo y Koundé. En el Barça, el lateral ha de ser tan bueno como el mejor centrocampista o delantero, ha de defender y atacar, saber asociarse, entender el juego de posición y espacios, jugar por dentro... Xavi se ha plantado, no quiere más parches. Se viene Cancelo, que carácter al margen, ha sido titular con Guardiola. Una razonable tarjeta de presentación para que, por fin, se acabe la pesadilla.