Olvidarse del Barça de los nombres

La historia del club demuestra que con el Barça de los nombres no se ganan los campeonatos

Gavi visita el vestuario y recibe el calor de técnicos y compañeros

Gavi visita el vestuario y recibe el calor de técnicos y compañeros

Xavi Torres

Xavi Torres

Gavi se ha lesionado para toda la temporada y el barcelonismo anda un poco desorientado. ¿Qué va a hacer ahora el equipo sin su energía? Hace cuatro días el drama se vivía con Pedri, ausente doce partidos por una lesión muscular. Sin su talento, poco menos que la peste. Lo mismo que con De Jong, fuera del equipo diez encuentros por culpa de su tobillo. Nada podía ir bien sin Frenkie.

Y, por supuesto, las lesiones de Araujo -muslo, cinco partidos- y Koundé -rodilla, dos- han provocado la ruina defensiva. Y en ataque, más de los mismo: imposible sin Lewandowski -tobillo, tres encuentros- y dificil, sin Raphinha -muslo, cuatro-.

Sobre estas cuestiones, miles de debates diarios: que si debe ser titular fulanito o lo debe ser menganito; que un futbolista es muy bueno y el otro, muy malo; que falta éste y sobra aquel... Opiniones para todos los gustos y colores. Apasionante. ¿Saben por qué el fútbol es el deporte más popular del mundo? Porque es muy fácil de practicar -ahora mismo, esté donde esté, si usted hace una pelota con un papel y avisa a un compañero o compañera puede jugar un partidazo- y porque las normas son tan sencillas que cualquiera puede considerarse catedrático en la materia. ¡Claro que sí! ¡Viva el fútbol!

Sin embargo, apelar a los lesionados para acordarse siempre del futbolista que no está y excusarse ante alguna mala noticia -un resultado, una eliminación, una mala clasificación en la Liga, etc.- solo sirve para distraerse de la realidad. Es evidente que el Barcelona es mejor cuando puede disponer de sus jugadores más destacados pero la historia demuestra que con el Barça de los nombres, incluso de cracks como Johan Cruyff, Bernd Schuster, Diego Maradona o Ronaldo Nazario, o también en el tramo final de la era Messi, no se ganan los campeonatos.

Llorar a Gavi es necesario porque duele en el alma verlo sufrir en el suelo o abrazado por sus compañeros mientras se mueve con muletas por el gimnasio azulgrana, pero el barcelonismo debe enfocar bien su solución: ¿qué debe hacer ahora el club, un fichaje o tratar de buscar la solución en el juego del equipo? Quizás lo mejor sea crear los mecanismos necesarios para no acordarnos de los nombres sinó de las obligaciones de los futbolistas para cada demarcación.

Como el Barça va a seguir actuando con once jugadores alguien va a sustituir a Gavi y, evidentemente, se espera de él que se mueva con la intención que necesita el equipo. Si esto sucede, más allá de matices en el talento de cada uno, el equipo va a sobrevivir porque precisamente para esto existe el método futbolístico, el auténtico cerebro del equipo por encima de la calidad de cualquier jugador. Sigue siendo la hora de Xavi porque el Barça de los nombres está caducado. O equipo o miseria.

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