¡Oh capitán De Jong!

Frenkie de Jong, en una acción del partido en Nápoles ante Politano

Frenkie de Jong, en una acción del partido en Nápoles ante Politano / Valentí Enrich

Hugo Scoccia

Hugo Scoccia

El barcelonismo siempre tiene una víctima en el punto de mira y a veces esa víctima es la equivocada. Frenkie De Jong -que finalmente ha explotado en rueda de prensa-, es uno de ellos. Primero fue el mismo club filtrando información para que se fuese, después la prensa que entró en el trapo creando el ambiente idóneo para que eso pasase y, por último, cierta parte de la afición, que la tienen con él. Nada más lejos de la realidad, Frenkie es uno de los mejores jugadores de la plantilla.

No solo en lo deportivo, también en lo humano. Jugadorazo en todos los sentidos, uno puede pensar que no ha llegado al nivel esperado ¿Pero a caso durante estos últimos años alguien lo ha hecho en el Barça? La crisis profunda que sufre el club desde que cierto presidente con gafas se empeñase en hundirlo todo, no solo es económica, es también de ambiente y energía: los jugadores juegan bajo una presión mayor de lo habitual en una atmósfera hostil, y los jugadores cargan con un enorme peso que les imposibilita brillar con toda la capacidad que realmente tienen. Solo algo revolucionario -en forma de jugador o de entrenador- o un acto heroico en la Champions League puede darle la vuelta a la situación que llevamos arrastrando desde hace varias temporadas.

Solo así romperemos esa barrera para salirnos del upside down particular que vivimos los blaugranas. Pero Frenkie De Jong, a parte de jugar muy bien a este deporte, tiene todo lo que un jugador de un equipo que presume ser «més que un club», debe tener. Aprendió a hablar castellano en unos meses y ahora lo habla, incluso mejor, que a algunos españoles.

Ha entendido perfectamente la manera de vivir de Barcelona: vida de barrio, cafés en terrazas de la ciudad, un poco de Soho House y cuando tiene vacaciones, escapada a la Costa Brava. Se dice que tanto él como su mujer Mikky Kiemeney se enamoraron de Cadaqués y decidme ¿Hay algo más catalán que vivir en la zona alta de Barcelona y enamorarse de Cadaqués?

El nivel futbolístico y humano de Frenkie debería ser motivo suficiente para no plantearse su venta: el nuevo Barça debe tener ciertos pilares y él tiene que ser uno de ellos. Cuando salgamos del pozo negro en el que estamos metidos, cuando todo empiece a rodar, nos daremos cuenta de lo necesario que es un jugador como Frenkie De Jong: Capitán dentro y fuera del campo.