Neymar nunca volverá al Barça

Su padre jamás ha llamado a Bartomeu para regresar. Es una operación inviable

Neymar celebrando su gol. Al final su gesto fue otro totalmente distinto

Neymar celebrando su gol. Al final su gesto fue otro totalmente distinto. / EFE

Toni Frieros

Toni Frieros

El padre de Neymar, una vez perpetrado el gran vodevil del fichaje de su hijo por el PSG (repleto de mentiras, hipocresía y engaños por su parte), jamás ha cogido el teléfono y ha llamado a Josep María Bartomeu, presidente del FC Barcelona. Ni cinco, ni cuatro, ni tres, ni dos, ni una… Nunca. Y esto no es una opinión. Es información contrastada. Al medio de comunicación que difundió esa noticia, y que repitieron con potencia otros altavoces, le metieron un gol por toda la escuadra.

Otra cosa muy diferente es que el futbolista, su padre y la cohorte de vividores que tiene a su alrededor, incluidos algunos comisionistas, anden diciendo por ahí, prácticamente a los pocos meses de que Neymar se aposentara en París, que se equivocó al dejar el Barça, que echa de menos Barcelona y a sus compañeros de vestuario.

Pero hay que cortar de raíz, urgentemente y de una vez por todas, con este sainete periódico del regreso de Neymar al Barça porque es una burla absurda. Una tomadura de pelo a la afición y al club. Un club que, digan lo que digan, jamás se ha planteado su regreso, ni lo ve viable deportiva ni económicamente. Es más, la inmensa mayoría de miembros de la Junta Directiva, hoy, estarían en contra de esa posibilidad.

Neymar le hizo mucho, mucho daño al Barça. Su planificada y estudiada tomadura de pelo tuvo numerosos daños colaterales. El padre Neymar mantuvo engañados a Bartomeu, Mestre y Bordas en la gira de Estados Unidos de 2017 hasta el último segundo del partido, justo el 1 de agosto, solo para pretender cobrar íntegramente la segunda parte de la prima de renovación de su contrato. Una cantidad que el Barça tiene depositada ante notario hasta que un juez dicte sentencia. El club no solamente se niega a ese pago, también le exige a Neymar que devuelva la parte adelantada del año que no cumplió. ¿Alguien en su sano juicio cree que Barça y Neymar van a hacer borrón y cuenta nueva como si nada hubiera ocurrido? Imposible…

La huida de Neymar, además, provocó el hartazgo de toda la cúpula deportiva de la época. Albert Soler emigró a las secciones profesionales, Raúl Sanllehí, engañado vilmente por la familia Neymar por la que tanto había hecho en Brasil y después en Barcelona, acabó en el Arsenal, Robert Fernández tocado… y a André Cury se le quedó una cara de tonto, con perdón, que tal vez aún no se le haya pasado.

Y por si todo eso fuera poco: ¿quién es el guapo que osa negociar con el PSG el traspaso de Neymar? ¿Alguien cree que le facilitarán las negociaciones al Barça si ni siquiera se avinieron a hablar de Marquinhos? Las relaciones entre PSG y Barça están tan deterioradas que ya veremos si las conversaciones del regreso de Qatar Airways como aerolínea oficial del club acaba llegando a buen puerto.

Para terminar con este sinsentido: el FC Barcelona no podría, hoy en día, afrontar una operación económica de ese calibre. Ni abonaría más de 200 millones de euros por el fichaje ni le pagaría 80 millones al jugador por temporada para que al chico le quedaran 40 limpios. Más todo el dinero que se pierde por el camino (padre, madre, rémoras, etc…).

Por lo tanto, Neymar, tanta gloria alcances como paz has dejado. Que cada uno siga su camino y no mareen más la perdiz.