Opinión

El Mundial, una oportunidad de oro

Sánchez defiende ante Infantino la candidatura al Mundial 2030 tras el caso Rubiales

Sánchez defiende ante Infantino la candidatura al Mundial 2030 tras el caso Rubiales

Una excelente noticia... mal dada. La FIFA ha perdido glamour en la elección de la sede para el Mundial. Un simple comunicado a la prensa y unas declaraciones de Infantino, presidente de dicho organismo, en un video de 1 minuto ha sido la fórmula usada para anunciar que España, Marruecos y Portugal serán la sede para organizar el torneo del 2030. Ningún acto, ningún misterio, ninguna previsión para comunicar algo tan importante como quien hospedará el campeonato más importante que se disputa. La FIFA ha perdido la capacidad de generar interés porque, además, el anuncio llegó en forma de negativa: Solo quedaron España, Portugal y Marruecos como candidatos. Un despropósito en el ámbito de marketing, de planificación. Solo al nivel de la Superliga anunciada por Florentino Pérez de madrugada y en un canal de televisión.

Una ocasión

La decisión, no obstante, es una sensacional noticia para España porque conlleva muchas implicaciones económicas, sociales y deportivas al poner a España en el primer plano mundial. Lo que pasó en 1982 sirvió para que los estadios de España se pusieran al día, se actualizarán, perdieran el gris de la época posfranquista para que el país empezará a tener color. Ahora no será tan acentuado porque en 2030 el Bernabéu estará listo y el Camp Nou también. Los dos estadios que deberían albergar la final estarán en perfectas condiciones, renovados y pagados por los ingresos que han generado los respectivos clubs. Esto que se ahorran.

Se inicia también una carrera extraña en la que España deberá competir con Portugal o Marruecos, que ya ha pedido albergar la final con lo que se deberá acentuar el grupo de trabajo creado para solucionar los mil problemas logísticos que van a salir al disputarse este torneo en tres países, en dos continentes y haber incluido también tres partidos en Suramérica, que supone rizar el rizo a nivel organizativo. Es una oportunidad de oro para el fútbol español que recibe este premio en plena tormenta por la marcha de Rubiales, presidente que ha remado para lograr este premio que ahora no podrá degustar.