La Masia es el Barça

Fachada de La Masia

Fachada de La Masia / EFE

Rubén Uría

Rubén Uría

“La Masia no se toca”. El Barça se ha ido alejando de aquella idea, progresivamente. Lo ha hecho víctima de sus urgencias, caprichos, juntas, intereses y entornos. La fábrica de talento autóctono de la que el club presumía, con razón, sigue ahí. Y sin embargo, en los últimos años, el club ha tirado más de chequera que de incunables. En los últimos tiempos, en vez de fabricar Balones de Oro, el club los ha comprado. Y honestamente, no ha sido una buena idea.

Ha despilfarrado cantidades ingentes de dinero en futbolistas que no mejoraban las piezas de orfebrería que tenía en casa. Aquel equipo se fabricó en torno a una idea y un discurso. Sentido de pertenencia, plasticidad, tercer hombre, juego de posición y geometría hecha pelota. Sublimó la herencia de Cruyff, cuidó su semillero, abonó La Masia, recogió los frutos de sabios como Oriol Tort o Laureano Ruiz y abrazó una identidad reconocible. La pelota. Tenerla, cuidarla, protegerla y ofrecerla, como si fuera un diamante. Ese fue el libro de estilo, la pelota. Juego académico, pertenencia y cantera. Así alcanzó el Nirvana futbolístico. Renunció al viejo vicio de culpar al empedrado, enterró complejos históricos y prescindió de entornos histéricos. Todo tenía que ver con la pelota. El resto, era prescindible. Hoy ese discurso, de manera inexplicable, está empezando a olvidarse, hasta el punto de parecer abandonado en el baúl de los recuerdos. La batalla de la imagen es más sustancial que la de los títulos.

Hace unos años, no tantos aunque algunos quieran dejar caer que ya forman parte de la prehistoria, el Barça fue la gran referencia del fútbol mundial. No por ganar, sino por cómo ganaba. Los títulos van y vienen, el dinero va de mano en mano y los fichajes son una puerta giratoria. Lo que no cambia es la idea. No se puede matar una idea. El Barça la tuvo, la desarrolló y un buen día, se olvidó de ella. Debe recuperarla cuanto antes. Siempre le ha ido mejor fabricando Balones de Oro que comprándolos. Si no hay cartera, siempre habrá cantera. Nunca fue ganar, sino cómo se ganaba. Al Barça siempre le ha ido mejor crear talento que comprarlo. El Barça más grande de todos los tiempos sólo buscaba fuera lo que no tenía dentro. Las sagradas escrituras de Johan Cruyff no tienen fecha de caducidad. Hace años, pregunté a Johan qué tenían en común los mejores de la historia. Me miró y contestó: “Todos tenían siete u ocho de la cantera. Milán, Ajax, Dream Team, ..Todos. Cantera". Amén. Nunca fue ganar, sino cómo se ganaba. La Masia sigue sacando talento. No es el pasado, ni el presente. La cantera es el futuro. El talento autóctono es el escudo. La Masia no es un recurso, es la razón de ser. La Masia es el Barça.

OFERTAS POR RAPHINHA

Será un verano intenso para Raphinha. El Barça pagó por él 58 millones más 7 en bonus y aunque está contento con su rendimiento, la puerta de salida está entreabierta. El Chelsea, que ya intentó su contratación, está en la ‘pole’. Arsenal y Newcastle son otros candidatos. Si llega un club Premier con 80 “kilos”, el Barça estudiará hacer la venta.

‘ADEU’ ALEMANY

Mateu ‘Padremany’ pierde la M. Ahora es ‘Adeu Alemany’. Se va el mejor fichaje de Laporta. Se va dejando el pico, la pala y un desgaste emocional gigantesco. Se va el ‘Señor Lobo’, el ‘poli malo’ de las negociaciones, el que siempre salió a bailar en la crisis y se comió marrones sin pestañear. Suerte para su sustituto. La va a necesitar.