La magia del fútbol, la magia del Mundial

Messi, durante el partido ante Países Bajos

Messi, durante el partido ante Países Bajos

Lluís Mascaró

Lluís Mascaró

El Mundial es la competición más apasionante que existe. Las emociones, para bien o para mal, se desbordan. Ganadores. Perdedores. Éxitos. Fracasos. Decepciones... Esa trascendencia tiene algo de primitivo. De ancestral. El sentimiento de pertenencia. La lucha por un objetivo común. No hay nada que se le asemeje. Ni siquiera unos Juegos Olímpicos. De ahí que la Copa del Mundo de Qatar’2022, que entra en su recta final, haya generado tanta felicidad como desasosiego y empiece a provocar añoranza sin todavía haber terminado. Este torneo, que se disputa solo cada cuatro años, es puro fútbol.

Cuando el albañil escocés Fergus Suter se convirtió en el primer profesional de este deporte en 1878, al trasladarse a Inglaterra para jugar con el Darwen, no podía ni imaginarse lo que 144 años después sería el mayor espectáculo del planeta. La historia de Suter (tan bien tratada en la serie de Netflix ‘Juegos de caballeros’) es la historia de los inicios de un deporte que hoy mueve miles de millones de euros en todo el planeta. Pero en el que el dinero, afortunadamente, no acaba siendo tan decisivo cuando los jugadores saltan al campo. Y en este Mundial tenemos pruebas evidentes de que la pasión y el compromiso pueden tener, a veces, más poder que el talento. 

Se han disputado, hasta la actual, un total de 21 ediciones de la Copa del Mundo. Pero desde 1930 a 2018 solo han habido ocho campeones diferentes. Y no siempre han ganado los mejores. De los cuatro semifinalistas de Qatar’2022, solo dos (Argentina y Francia, ambas en dos ocasiones) han conquistado el título. Marruecos y Croacia son el mejor ejemplo de lo que es capaz de hacer esa unidad que solo genera el fútbol. Con mucho menos talento y mucho menos recursos económicos que otros países, se han plantado a las puertas de la final gracias a su tremenda competitividad. No son las selecciones favoritas, pero ya han demostrado el valor de su coraje.

Martes (Argentina-Croacia) y miércoles (Francia-Marruecos) asistiremos a dos duelos teóricamente desiguales. Pero todo es posible. Incluso lo imposible. Es la magia del futbol. La magia del Mundial. Con un esperadísimo hipotético duelo en el último partido de la competición entre los dos mejores jugadores. Por un lado, Leo Messi, el número 1 de todos los tiempos a quien le falta todavía una Copa del Mundo en su palmarés. Por el otro, Kylian Mbappé, el joven heredero al trono. Que gane el mejor... con el permiso de Croacia y Marruecos.