Una luz de esperanza en medio de la tormenta

El jurado del Premio Manuel Vázquez Montalbán visitando las obras del Camp Nou

El jurado del Premio Manuel Vázquez Montalbán visitando las obras del Camp Nou / Sport.es

Ernest Folch

Ernest Folch

Hace pocos días, un pequeño grupo de privilegiados tuvimos el honor de visitar las obras del nuevo Spotify Camp Nou. No lo hicimos como ingenieros ni periodistas, sino como miembros del jurado del Premio Internacional Manuel Vázquez Montalbán, que el Barça promueve y acoge en su casa desde su fundación y que han ganado nombres tan importantes como Joaquim Maria Puyal, Jorge Valdano, Michael Robinson o Gary Lineker.

Impresiona de entrada ver el Camp Nou desnudo, sin la tercera gradería y solo con el esqueleto original, rodeado de un enorme socavón, en medio de un impresionante trajín de camiones y obreros, en la que probablemente es la obra privada más importante de la historia de Cataluña. Los fugaces visitantes tuvimos, desde nuestra ignorancia, la impresión de una organización profesional y controlada, pero cuando se ve la dimensión de la obra se entiende todavía mejor la necesidad de fiscalizarla, como ha hecho el Periódico con sus necesarios reportajes de investigación.

Le guste o no a Laporta que el periodismo investigue, es bueno que el club se sienta presionado para que esta reconstrucción colosal cumpla con todos los estandares de un club de máxima exigencia. Controles al margen, es sin duda un gran acierto que el Barça haya decidido mantener la estructura original de la primera y segunda gradería que ideó Francesc Mitjans hará casi 70 años, y que convirtió al Camp Nou en un referente de la arquitectura de estadios en Europa del pasado siglo.

En la visita se nos contó que el esqueleto de Mitjans podrá ser reconocido dentro y fuera del campo, un guiño emocionante que conectará al socio con su propio pasado. A diferencia de los estadios que son derruidos y construidos desde cero, el nuevo Camp Nou mantendrá el cordón umbilical con su propia historia, un aspecto trascendente que ya se puede percibir hoy mismo, en medio del polvo y el caos lógico.

Otro aspecto que impresiona de la visita es la velocidad de ejecución: ya se ha completado una buena parte del trabajo de reparación del hormigón, y se percibe a simple vista una actuación individualizada en cada una de las grietas que se generó en el antiguo estadio. Como si se tratara de un enfermo, el estadio recibe puntos de sutura en cada una de sus viejas heridas. Cuando termine este laborioso proceso, ya en su recta final, se pasará a una impermeabilización de la superficie y, a continuación, se empezarán a colocar los primeros asientos.

Sí, dentro de pocas semanas aparecerán las primeras sillas, demostración que el club sigue con la firme voluntad de cumplir los plazos que se han prometido: jugar el primer partido en el Spotify Camp Nou antes de terminar este 2024. La idea es jugar los primeros partidos con público solo en la estructura antigua, es decir, ante poco más de sesenta mil espectadores. Basta cerrar los ojos en las tripas de este esqueleto para volver a soñar. Es una luz de esperanza en medio de los años más difíciles que nos ha tocado vivir.

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