Lamentable eres tú, espabila Paco

Pau Cubarsí, ante el Granada

Pau Cubarsí, ante el Granada / JAVI FERRÁNDIZ

Hugo Scoccia

Hugo Scoccia

Con 17 años uno tiene un largo camino para aprender de los errores y corregirlos, con 57 ese camino ya no es tan largo. Con 17 años errar en el análisis de una situación es del todo comprensible, con 57, hacerlo denota o falta de capacidad o mala intención. Y como las capacidades de Paco González son obvias en lo positivo, solo se puede entender sus palabras contra Cubarsí como un acto provocativo y mal intencionado.

Lo es aún más cuando todo nace de una jugada donde el joven central hace “teatro”, eso que ocurre cientos de veces en cada jornada sin que nadie se escandalice más de la cuenta ni falta el respeto a quien lo hace. Pero como el análisis del fútbol siempre va cogido de la mano del favoritismo dependiendo de si el que comete un error es de los tuyos o no, Paco, vuelve a caer en el desacierto de la parcialidad.

Mientras defiende a ultranza las provocaciones continuas de Vinicius y denuncia la agresividad con las que son recibidas esas provocaciones, se escandaliza por una tontería de la que nadie se había ni percatado. Claro está que quien se agarra al argumento banal y sinsentido de comparar el hartazgo de los estadios y jugadores de esas provocaciones con el problema grave y serio de la violencia que sufren algunas mujeres por ir vestidas como les plazca, carece de autoridad alguna para analizar ciertas situaciones.

Paco tiene arrebatos de locura y amor que le hacen perder la ecuanimidad: el amor, que es ciego, solo le permite ver las bondades de su niño bonito y de sus amigos vestidos de blanco, olvidándose de todo lo demás. Si solo denuncias las injusticias que nacen de un lado y te olvidas de las otras, dejas de ser alguien objetivo para ser un militante escondido detrás de la bandera -falsa- de la justicia. Y así sigue, de error analítico en error.

Según el gran Paco González, a Gavi no le sacaban tarjetas amarillas porque «caía bien», mientras defendía que a Vinicius no se le sacasen pese a recurrentes gestos y mofas hacia al árbitro. A Paco le molestan los insultos y cánticos repugnantes que vienen de alguna parte de la afición de ciertos clubes, pero parece importarle menos cuando estos ocurren en las gradas donde se sientan los aficionados de su equipo.

A Paco le molesta un teatrillo de Cubarsí, un chaval de 17 años del que hay miles de cosas buenas que destacar, pero parece entrar en amnesia cuando los suyos se dedican a la comedia. «Errare humanum est, sed in errore perseverare dementis» Errar es humano, pero cuando uno lo hace continuamente, deja de serlo. Espabila, Paco.

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