Sin Jugadores no hay modelo

Regragui solo lleva unos meses en el cargo

Regragui solo lleva unos meses en el cargo

Robert Moreno

Robert Moreno

Avanza el Mundial y observamos el éxito con diferentes tipos de estilos. Al final uno de ellos será el ganador y eso hará que surjan imitadores. Pero podemos decir que hay uno que ya ha triunfado por lo inesperado. Es Marruecos, el verdugo de La Roja. El equipo que ha producido tanta frustración en nuestro fútbol. Y lo ha hecho desde las antípodas de lo que creemos que es el estilo que debe tener nuestro país. Pero también por la entidad histórica de la selección norteafricana.

En España, donde estábamos un poco huérfanos de un modelo ganador hasta la llegada de nuestra generación dorada, hizo que adoptásemos al momento el mal llamado tiki-taka como el faro que nos debía llevar a buen puerto. Y digo mal llamado porque abarca algo más que pasarse el balón de forma compulsiva y se está utilizando de manera despectiva por nuestros rivales.

Seguramente también Marruecos haya descubierto su libro de estilo en este Mundial. Veremos donde llegan, porque eso hará que también les surjan imitadores foráneos. Y en todo éxito, y más en los que son inesperados a priori, hay mucho que aprender. Marruecos viene a ser como el Burgos de LaLiga Smartbank. Un equipo construido desde la defensa que centra su atención en no encajar gol y crecer a partir de ahí. Pero a nivel táctico no hay nada nuevo. No ha sido su seleccionador alguien creativo. Pero sí que ha sido inteligente en la elección de la táctica que saca rendimiento de sus jugadores. Quizás porque ya le dio éxito en la Champions Africana con su antiguo club. Hay mucho de experiencia con éxito repetida. Pero eso no sale siempre bien.

El estilo

Que nos guste o no un estilo depende de las opiniones preconcebidas que más nos influyan. En España, si eres del FC Barcelona no hay duda de que tu sesgo estará encaminado a que te guste un fútbol de posesión, que tome riesgos y que haga del balón su mayor tesoro. Hay otros clubes próximos o iguales a ese estilo. Real Sociedad, Villarreal o Celta de Vigo hace tiempo que tienen como principios algo similar a lo que propone el Barça. Incluso, si te abstraes de la camiseta y analizas de forma objetiva, se podría decir que el Real Madrid está próximo a ese juego mayormente ofensivo que crece a partir del balón.

Recientemente el Valencia de Gattuso se ha incorporado a ese grupo, aunque el año pasado con Bordalás era todo lo contrario. Pero eso no quiere decir que no podamos llegar a valorar otras formas de jugar. Creo que es importante para los profesionales tener una mente abierta. Una mente que te permita sacar rendimiento en diferentes estilos. Aunque eso no es fácil. Es más, atenta contra la búsqueda permanente que tenemos las personas, de vivir en la seguridad que nos da dominar una sola cosa bien. Lo cual es también un arte. Hablar tu idioma materno es fácil. Utilizarlo en tu país es garantía de buena comunicación, pero a no ser que seas angloparlante, es complicado que te entiendan en casi cualquier parte del mundo.

Por eso saber diversos idiomas facilita tu comunicación con un mayor número de interlocutores. Pues pasa algo parecido con los estilos en el fútbol. Dominar un estilo te alcanza para ser entrenador, pero solo servirá si los jugadores que te encuentras en el camino hablan tu mismo idioma. De ahí que observemos grandes éxitos y grandes decepciones con el mismo entrenador en diferentes sitios. Cuestión de sincronización.

Jugadores adecuados

Por eso hay que entender que los jugadores son más o menos adecuados a diferentes estilos. Si se tiene la suerte de reunir a un grupo de jugadores adecuados para el estilo que propone el entrenador, pues será más fácil conseguir éxito. Entendiendo que el éxito en cada equipo será algo propio de sus expectativas: salvar la categoría, clasificar para Europa, conseguir el campeonato, etc. Pero ser adecuado para un estilo no garantiza que se consiga éxito con esa forma de jugar y esos jugadores.

Eso solo es el primer ingrediente del plato. Después deben darse otras muchas condiciones para lograr ese éxito concreto y contextual al equipo. Y muchas de ellas no dependen directamente del entrenador o del equipo. Pero el estado ideal normalmente es una utopía. Y tanto los jugadores como el entrenador deben ser flexibles y ofrecer grados de adaptación. Adaptación que debe permitir al equipo competir para sacar el mejor de los resultados. Eso ha sido Marruecos de la que ya escribí hace unos días y que nos trae malos recuerdos. El resto de semifinalistas son una mezcla de lo dicho. Voy a tratar de resumirlo.

Mbappé y su Francia ya campeona

Francia ha demostrado ser un equipo que reúne muchos puntos a favor para conseguir el Mundial por segunda vez consecutiva. Una línea defensiva fiable, un centro del campo con talento y energía para dar equilibrio a un ataque creativo y con desborde. El equipo gira en torno a Mbappé. De hecho su fase defensiva está condicionada para que el jugador del PSG no se desgaste en exceso. Con su posición ha condicionado a los equipos rivales que han tenido que dejar, les guste o no, a un jugador cerca del francés para evitar sus contras. Walker en Inglaterra o Matthew Cash con Polonia han sido los caso más claros.

Han desarrollado un 4-2-3-1 en el que Koundé ha sido el central del Barça que juega en banda. Por allí delante tiene a un tal Dembélé que es un especialista en batir rivales con balón y que necesita pocas ayudas del lateral. Griezmann ha sabido aceptar su rol de estrella que trabaja como si no lo fuera. Ha aportado mucho en defensa. Rabiot y Tchouamení son una mezcla de talento y de trabajo que cubren todo lo que se les pueda escapar a los cuatro puntas.

Upamecano y Varane han dado agresividad y velocidad para cubrir mucho campo cuando era necesario. Theo Hernández ha sido el complemento ideal para que el extremo que juega en la banda rival no pueda ayudar a su lateral con Mbappé. Y Giroud, el punta sin glamour que juega al fútbol que necesita Mbappé. Con todo eso han puesto el contexto ideal para que aparezcan las individualidades que ellos tienen en ataque. Pero es que en defensa han potenciado sus virtudes. Esperar lo suficientemente atrás como para tener espacios y contraatacar sin que peligre en exceso su portería.

La Argentina de Messi

Argentina es Leo Messi. Scaloni ha creado el hábitat perfecto para que Leo tenga la posibilidad de sacar su talento diferencial. Sin hacerlo con la frecuencia de antaño. Pero siendo letal cada vez que lo ha necesitado. Todos saben que hay que darle el balón a él y, cuando se les olvida, él se acerca para recordárselo. Desde un 4-3-3 mentiroso, porque es lo que vemos en la tele cada vez que sale su alineación, han conseguido ocupar los espacios que Leo deja. Porque jugar con Messi es jugar a lo que él define.

El resto deben coger las sillas que sobran cuando se para la música. Así lo hicimos en el FC Barcelona en las tres temporadas que tuve la suerte de estar a su lado. Les dimos a los compañeros una referencia de cómo colocarse en base a la posición de Leo. Y eso sucedía en aquel momento y sucede en el actual en ataque y en defensa. El es el rey y el resto los obreros, como en un enjambre de abejas que trabajan con abnegada entrega para que haga eterna a la colmena. Jóvenes talentos han aparecido en ese ecosistema para crear un equipo en el que hay un lateral izquierdo profundo y otro derecho que llega a veces.

Con un doble pivote que varía pero que hace lo necesario para mantener la estructura. Defensas agresivos que no rehúyen los duelos. Atacantes que se han turnado para acompañar a Messi y darle los apoyos necesarios. Un sistema un poco caótico a simple vista, pero que tanto en ataque como en defensa consigue sus objetivos. Quizás la selección menos ortodoxa en lo táctico, pero es que tienen a Messi.

La Croacia de Modric

Y finalmente Croacia. Sin una estrella en ataque, pero con una en el centro del campo. Tener a Modric es tener al fútbol hecho persona. Alguien que juega a otra velocidad mental. Su interpretación del juego es perfecta, algo que parece fácil porque esa es la marca de los grandes especialistas, darle apariencia de sencillez a algo muy complejo. Son una selección que ha crecido desde reforzar individualidades a partir del rendimiento colectivo.

No tienen, a parte de Modric, a ningún jugador que sea el mejor en su posición a nivel mundial. Y eso hace que la táctica, pero también la actitud den dos pasos adelante para declararse culpables del por qué de su éxito. Son muy competitivos y dejan pocas opciones al rival. Es difícil ganarles, pero también que te ganen. Reciben golpes pero aguantan siempre de pie. Y sin un delantero de nivel top se han plantado en semifinales. Juegan a partir de un 4-3-3 en el que Modric interpreta lo mejor para el grupo.

Nos han presentado a dos nuevas estrellas emergentes en la zona de retaguardia: Gvardiol y Livakovic. Un central y un portero de alto nivel que veremos cambiar de equipo en breve. Lovren ha cumplido con presentarse, su presencia es suficiente para subir el nivel. En medio, a parte del ya dicho Modric, tienen talento y trabajo con Brozovic y Kovacic. Dos futbolistas que podrían formar parte de cualquier equipo top de Europa. Y arriba han atacado con ímpetu pero sin talento. Lo cual hace que tengan más mérito. Solo destaca para mí Perisic, que sin parecer bueno, es muy bueno. Una selección que nunca parece candidata, pero que siempre compite hasta el final, incluidos los penaltis. ¿Cuestión de caracter? Creo que no, es calidad sin adornos ni glamour.