La última

Huevos fritos con chorizo

Emilio Pérez de Rozas

Un día le preguntaron a Fernando Savater si, en su faceta de maestro, podía explicar la diferencia entre compromiso e implicación. Y el profesor expuso un ejemplo clarificador: "En unos huevos fritos con chorizo, la gallina se compromete y el cerdo se implica". La gallina participa, en efecto, pero se limita a poner el huevo ¿verdad? El cerdo se deja la vida por la causa, por el suculento y sencillo manjar. Es, sin duda, el mejor ejemplo, algo cruel, si quieren, pero cristalino, sí.

Hay algunas cosas del Barça actual que me recordaron este curioso juego dialéctico tras el partido del miércoles. Pensé, por ejemplo, que el compromiso del equipo seguía siendo evidente, completo, intacto, duradero, inmaculado. Pero tuve la sensación, mira, que la implicación de algunos, no en su intención, tampoco en su actitud, pero sí en su despliegue de fuerzas no alcanzaba la implicación. Para ser más concreto: el mejor Barça de la historia, el actual, hizo de la asfixiante presión de sus delanteros a la defensa rival, cuando ésta pretendía iniciar el ataque, una de sus mejores armas y características. Era lo que Tito Vilanova definía como el mundo al revés, defender atacando. "La mayoría de equipos", explicaba el ayudante de Pep Guardiola, "cuando pierde la pelota, baja a su área a defender. Nosotros, no. Nosotros, vamos a buscarla al área rival para robarla lo más pronto posible y crear situaciones rápidas de ataque cuando el adversario intenta organizarse". Lo siento pero, en esa tarea en concreto, sigue habiendo compromiso pero ya no hay la misma implicación. Y se nota.

Algo parecido ocurre con el público, con el ambiente del Camp Nou. Sigue habiendo compromiso, cómo no, y participación, sí, pero, demasiado a menudo, no hay implicación. Es posible que el hecho de que se haya ganado tanto (8 títulos de 10 posibles) y tan fácilmente haya convertido los partidos en mero trámite.

Craso error porque esto sigue siendo fútbol y no hay rival pequeño. Ni siquiera aquellos que Johan Cruyff definía, en el interior del vestuario, como adversarios que están ahí "para que nos paguen las primas". De esos, este año, uno ha ganado (Hércules) y otro ha empatado (Mallorca). Lo dijo Pep Guardiola: Se acabaron los 4-0 a la media hora. Así que hará bien el Camp Nou en implicarse como hizo en la primera parte del Valencia cuando apretó de lo lindo al rival, al árbitro y enseguida se dio cuenta que aquella noche el Barça le necesitaba. Se implicaron y el equipo les regaló una segunda parte memorable. Puede ser una temporada tan triunfal como las precedentes pero lo que empieza a despuntar es que va a ser un año de implicarse más que de participar.