Opinión

Siempre hay que sentirse orgulloso de ser del Barça

Lamine celebra su golazo

Lamine celebra su golazo / VALENTÍ ENRICH

Nunca olvidaré una conversación con mi padre en la que me razonaba por qué el Barça es el mejor club del mundo. Estábamos en la década de los 80, faltaba mucho para conquistar la primera Copa de Europa y las ligas escaseaban. Pese a todo, había argumentos de sobra para justificar la grandeza del Barça basada en su arraigo social e histórico. Entonces mi padre me decía que el día que ganásemos ligas y la Copa de Europa ya sería bestial, sería la guinda a un gran pastel. Han pasado muchos años y el barcelonismo vive un momento muy diferente. La situación económica dista de ser la ideal y se vive con agobio la capacidad del Real Madrid para sumar Champions de manera inexplicable. Da la sensación que los años de plenitud han pasado y que muchos ya no presumen de ser del Barça. Lo que era la guinda se ha convertido con el paso de los años en la parte esencial y este es un error enorme. Simpatizar con un club porque gana es ser oportunista y no un aficionado de corazón. Del Barça se es al 100% en los buenos y en los malos momentos. Y el club en sus casi 125 años de historia ha superado momentos mucho más críticos que el actual. El Barça llegó a jugar una promoción para no bajar y nadie se bajó del barco por ello.

Lo que ha sucedido, entre muchas cosas, es que el relato resultadista de la capital se lo está comiendo todo. En el ambiente futbolístico actual si ganas eres Dios y si pierdes eres un desgraciado. Eres las Champions que ganas y lo demás es humo. Y no es así. Hay mil razones para sentirse orgulloso de ser del Barça. En primer lugar, porque el Barça siempre ha sido més que un club. Y lo es por lo que representa y por su simbiosis con Cataluña desde la época de Gamper. Ser del Barça es sentirse orgulloso de tus orígenes y no renegar de tus fundadores porque no te gusta el lugar en el que nacieron.

El Barça es un club con un ADN democrático que no admitiría dar el nombre de su estadio a un fascista. El Barça es un club en el que los socios votan regularmente y no está secuestrado por una persona que cambia los estatutos para blindar la presidencia. Es un club en el que hay debate social y no una línea de pensamiento único. Cuando los socios se cansan de la gestión de sus dirigentes utilizan las mociones de censura y las elecciones como instrumento higiénico. Los ismos son una riqueza del club de la que otros carecen.

Ser del Barça es ser de un club que no está bien visto por el poder político español desde sus inicios. La dictadura de Primo de Rivera lo clausuró durante medio año y el régimen franquista lo secuestró durante demasiado tiempo. Es un club que sobrevivió a numerosas injusticias gracias a la pasión y fidelidad de su gente. Es un club con una marcada tendencia polideportiva siendo siempre fiel a sus secciones por muy deficitarias que sean. Es el club que ha sido pionero en la élite en apostar por el fútbol femenino. Es un club que a través de su Fundación apuesta por la solidaridad.

Es un club que, evidentemente, comete errores a menudo pero estos no se tapan por una opinión publicada dirigida y controlada por una persona. Es un club que tiene que someterse a la crítica para crecer y que acepta con normalidad ser cuestionado diariamente en mucho de lo que hace. Es un club propiedad de sus socios que no quiere perder su identidad.

Ser del Barça es ser de un club que tiene en La Masia la mejor cantera del pasado, presente y futuro. Nadie ha sido capaz de formar jugadores del nivel de Messi, Xavi o Iniesta que han marcado la historia de este deporte. Es un club que ha tenido algunos de los mejores entrenadores de la historia del fútbol como Rinus Michels, HH, Menotti, Cruyff o Guardiola. Es un club que puede presumir de haber tenido a algunos de los mejores futbolistas de la historia como Cruyff, Maradona o Messi.

Es un club que fichó a otro referente de este deporte como Di Stéfano y sufrió el robo de su estrella por parte del régimen franquista. Es un club que tiene que sufrir ahora el revisionismo histórico penoso de los que han sido favorecidos por el poder y lloran ahora a través de su televisión oficial por supuestos arbitrajes hostiles.

Es un club que siempre que ha ganado lo ha hecho gracias a su buen fútbol y sin ayudas. Un club que se ha distinguido por su buen gusto y ser pionero para liderar el buen juego por encima de la especulación y el juego sucio. El mérito del Barça de sumar más títulos a nivel nacional que el Real Madrid es asombroso.

El barcelonismo ha tenido que vivir siempre en un entorno mediático e institucional adverso con trabas constantes y que pone la alfombra al gran rival. Y el mérito ha sido competir contra todo ello. Esto sí que es ADN ganador, luchar contra el poder establecido.

No hay solo razones históricas para sentirse orgullosos por haber gozado del mejor fútbol de la historia en la época Guardiola, no es solo el poder haber disfrutado de Cruyff, el personaje más influyente de la historia de este deporte. No se trata de vivir de recuerdos, se trata de estar orgullosos del ADN del club y de poder contar con una generación de jugadores jóvenes que van a marcar la pauta en las próximas décadas.

Lamine, Cubarsí y otros que vienen como Guille van a volver a conducir al Barça a la cima de los resultados. Ganar es un objetivo evidentemente prioritario para cualquier club y el Barça no es una excepción pero el orgullo de ser culé no tiene que limitarse al número de títulos que acumulas en tu museo. No hay que caer en este relato infantil.

Hoy, que los resultados no acompañan, hay que fijarse menos en la identidad de clubs que siempre tienen una mano amiga para ayudarles y seguir creyendo en lo que a este club le ha funcionado. La identidad futbolística no puede perderse y este club la tiene. El culé es inconformista y no cierra los ojos a los errores que se han cometido en los últimos años pero ser autocrítico no tiene que llevarnos a ser autodestructivos y caer en un estado de depresión total.

El Barça es més que un club y lo seguirá siendo mucho más allá de resultados puntuales y de rachas exitosas de sus rivales. Y para los 'haters' que contesten a este artículo con un clásico e irónico... A Canaletas.... Pues sí, tenéis razón, hay muchas razones para ir a Canaletas cada día y celebrar que existe el Barça, el mejor club del mundo.

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