Gavi, la enésima víctima del negocio del fútbol

Gavi se lesionó ante Georgia

Gavi se lesionó ante Georgia / SPORT

David Bernabeu

David Bernabeu

Sant Joan Despí es un funeral. Hace menos de 48 horas, un chaval de 19 años soñaba con volver a ganar con su Barça, con la selección en la Eurocopa y en los que iban a ser sus primeros Juegos Olímpicos. No podrá ser. Ayer se confirmaron las peores tesis: Gavi se ha roto y tardará entre 7 y 9 meses en volver a defender el escudo de su vida. Sus lágrimas en Zorrilla son las de todo el barcelonismo.

Si el joven canterano, pongamos por caso, acaba apurando 7 meses de ausencia, la Fifa deberá abonar al club azulgrana algo más de 3 millones de euros. Da igual. No hay dinero en el mundo que pueda compensar el impacto tremendo que supone perder a un futbolista fundamental. Al seleccionador De La Fuente - ya convocó a Pedri para unos Juegos tras jugarlo todo - cabría preguntarle porque Gavi, tras haber completado 90 minutos ante Chipre, repitió ante Georgia con la tarea casi hecha. Aunque tampoco debemos criminalizarle. Es una desgracia y le pudo pasar a cualquiera.

El drama es mucho más profundo y tiene que ver con el calendario. Es absolutamente inhumano y, lo siento, pero a los clubes hay que colgarles el cartel de cómplices. Aceptan los parones, presumen de internacionales, rotan lo justo para ganarlo todo y meten giras con calzador para afrontar sueldos millonarios. Más allá de sacar una indemnización, ¿qué han hecho para minimizar el despropósito? Nada. Que Gavi se rompa ante Georgia o un día Gibraltar quebre a Mbappé, por citar un ejemplo, ¿qué sentido tiene? A más pasta, más funciones y, en consecuencia, más riesgo para los actores. Y la Fifa amenaza con más parones al año y se viene el gigantesco mundial de clubes... El vodevil es de época. Sin respuestas. Un callejón de difícil salida.