Al final, siempre nos quedará el Barça

Álex Abrines

Álex Abrines / EFE

Xavi Martínez Olivar

Xavi Martínez Olivar

Junio de 2016. El Barça decide dar un golpe de timón en el rumbo de la sección de basket. No renueva al general manager Joan Creus y despide al técnico Xavi Pascual. Se promociona a Rodrigo De la Fuente en los despachos y se le encomienda la tarea de buscar un entrenador -al final sería Georgios Bartzokas- amén  de diseñar el perfil de la nueva plantilla.

Y en esas estábamos cuando dos jugadores con proyección llamados a convertirse en los pilares del salto generacional (Tomas Satoransky y Álex Abrines) decidieron hacer las maletas para iniciar la aventura de la NBA. Fue un torpedo, en toda regla, a la línea de flotación de la planificación deportiva. 

Pese a todo, en el seno del club azulgrana siempre mantuvieron contacto con ambos. Aunque se antojaba el sueño de una noche de verano pensar que alguno de ellos volvería algún día.

Pasó el tiempo, hubo cambios en las sección,  hasta que el pasado mes de febrero, Abrines cayó en una depresión y dejó la NBA. Pero ahí estaba el Barça que le consideraba uno de los suyos y que le arropó hasta que, al final, logró recuperarle para el basket. Bienvenido sea. De bien nacidos es ser agradecidos.