Estas elecciones, ¿son cosa de dos?

Victor Font, aspirante a la presidencia

Victor Font, aspirante a la presidencia / Sport

Albert Sáez

Albert Sáez

Mientras el equipo se descompone, más por culpa de los desastres anteriores que por el entrenador y los jugadores, y mientras los números dan pánico a la gestora y a los aspirantes, las elecciones van tomando cuerpo con las elecciones los candidatoscon las recién estrenadas sedes electorales. En una campaña gana quien tiene un buen candidato, un buen programa o un buen conejo en la chistera, pero lo que da más posibilidades es acertar en el planteamiento de los términos de la partida. Laporta y Rosell ganaron en 2003 planteando una dicotomía entre la renovación y el establisment. Y, posteriormente, ganaron uno y otro azuzando el fantasma del adversario. Bartomeu ganó con el conejo del triplete.

Las elecciones de enero están siendo muy diferentes a cómo muchos las imaginaron. Y el tablero está muy movido. No hay, por ahora, ningún candidato con posibilidades que se declare mínimamente heredero de Rosell o de Barto. Ello condena a sus votantes en las dos últimas elecciones a la abstención. Esta incomparecencia de una parte del barcelonismo a las elecciones ha descolocado a los candidatos que llevan tiempo preparándose. Victor Font lo tenía todo estudiado para una partida a tres, poniéndose como alternativa a esa lucha de más de una década. Pero ahora le falta sparring del lado rosellista. Laporta aspiraba a batirse con alguien que lo demonizara y ahora no tiene quien le insulte. Tampoco está cómodo.

Los términos de la partida serán decisivos para forjar las alianzas antes y después de la recogida de firmas. Si alguno de los otros candidatos se acerca a los apoyos de Font y Laporta, acabaremos en una partida a tres como querían. Si quedan por delante en solitario, todo el entorno barcelonista deberá alinearse con uno o con otro y alguno de los dos quedará marcado como el sucesor de lo que representaron los últimos diez años, aunque no quiera serlo. Porque quizás la única manera de ganar a Laporta es despertando el antilaportismo. Y la mejor para que gane Laporta es que haya una sopa de candidatos.