Un domingo para la resurrección

Laporta y Yuste charlando con Koeman antes del entrenamiento

Laporta y Yuste charlando con Koeman antes del entrenamiento / FCB

Lluís Mascaró

Lluís Mascaró

Koeman y Laporta se la juegan en un domingo crucial.  Para ellos y para el Barça. Un domingo que puede (y debe) marcar el camino de la recuperación futbolística y la resurrección económica e institucional. Un domingo en el que el club blaugrana debe demostrar, otra vez, toda su grandeza.

El técnico holandés afronta una semana de tres partidos decisivos en el Camp Nou. Dos encuentros determinantes en la Liga (esta noche contra el Valencia y el próximo domingo, el clásico frente al Madrid) y un duelo crítico en la Champions (el miércoles ante el Dinamo de Kiev).

Tres partidos en los que solo vale ganar y en los que el apoyo del público (que, afortunadamente, podrá llenar el estadio tras el final de las restricciones de aforo derivadas de la pandemia) será básico.

Los socios tendrán, sin duda, mucho protagonismo en una jornada maratoniana que empezará a las 3 de la tarde con la asamblea de compromisarios y acabará pasadas las 11 de la noche. Koeman, evidentemente, es consciente de la trascendencia de estos encuentros y ha querido levantar los ánimos de todos (plantilla, técnicos, directivos, aficionados, entorno y medios de comunicación) proclamando que hay equipo para luchar por la Liga… a pesar de que hace tres semanas asegurara que ya sería un gran éxito quedar entre los cuatro primeros.

Si ha cambiado sinceramente de opinión, estupendo. Y si es una estrategia para dar un manotazo al pesimismo, estupendo también. Porque el primer paso para ganar es creer en que se puede ganar. Y pensando solo en que se va a perder, el fracaso está asegurado.

Laporta, optimista como es por naturaleza, también está convencido de que esta tarde logrará su particular victoria en la asamblea de compromisarios. El presidente quiere poner en marcha su proyecto para relanzar el Barça y necesita el apoyo de los socios a sus propuestas.

Sobre todo, que se apruebe su cierre económico de la temporada 20-21 (con 481 millones de pérdidas), el crédito de 1.500 millones para el Espai Barça y la suspensión temporal del polémico artículo 67 de los estatutos.

Las votaciones de estos tres puntos del orden del día serán los momentos culminantes de una reunión que se antoja larga, muy larga, pero absolutamente trascendental para el futuro de la entidad blaugrana. La única manera de sacar el club de la quiebra es apostar por el radical impulso que pretende Laporta. Cualquier otra opción sería condenar al Barça a muchos, demasiados, años de crisis y tristeza.