El descrédito del VAR

El penalti no pitado de Tchouameni a Araujo

El penalti no pitado de Tchouameni a Araujo / TV

Carles Sans

Carles Sans

¿Quién dijo que el VAR había llegado para poner fin a los privilegios de los grandes? ¿Quién fue el que aseguró que pondría al Madrid en su sitio y dejaría de estar favorecido históricamente por los árbitros de la Liga? El que lo dijo se ha lucido.

Si bien es verdad que ahora se revisan goles que sin el VAR se hubieran otorgado o quitado injustamente, se sigue dependiendo del criterio de quien mira la jugada y no de las imágenes que indica la tecnología. Parece mentira que, ante una imagen tomada por muy diversos ángulos, seamos incapaces de ver todos lo mismo. Al contrario, por muchas veces que nos la repitan, el que quiere ver falta ve falta y el que no, no.

Al final, pues, sigue siendo el árbitro el que pita lo que quiere ver y no pita lo que muchos otros sí vimos. Partiendo entonces de esta base tan relativa, lo del VAR va perdiendo fuerza a medida que se evidencian auténticos errores de decisión. Lo del Almería-Real Madrid fue desesperante y preocupante. Desesperante por ver que un árbitro no ve mano en el gol de Vinicius, mientras media España sí lo ve; preocupante es que, gracias a la divulgación de los comentarios entre colegiados mientras analizan las imágenes, la fragilidad de criterio de un árbitro a la hora de determinar si el gol del brasileño fue mano o no. Oímos con estupor cómo el árbitro del VAR influía sutilmente en la decisión de quien pitaba, el cual, por su bisoñez profesional, prefirió no querer contradecir una opinión sesgada de un compañero más veterano.

Fue muy triste ver a un Almería estafado, un Almería que trabajó muy bien durante todo el partido y que se podría haber llevado algún punto… y lo que se llevó fue un chasco y alguna multa de propina.

Por si fuera poco, Bellingham se fue del campo llamándole de todo a Hernández Maeso porque según el inglés no le pitó todas las faltas que le habían hecho. Lo sorprendente del caso es que Hernández le respondió: “Estoy de acuerdo con eso”. Está visto que este hombre no le lleva la contraria a nadie.

TEMAS