Dembélé y el club de los apuntadores de maneras

Dembélé trata de explicarse en esta miniserie que retrata a un deportista con códigos de barrio

Dembélé, el gran enigma

Dembélé, el gran enigma / MARC CASANOVAS

Dídac Peyret

Dídac Peyret

El otro día me pasé más de dos horas mirando vídeos de Dembélé contra el Madrid en YouTube y jugando a la Nintendo Switch. A lo mejor habría que revisar eso de que la pandemia ha perpetrado la edad que tenemos. A lo mejor todavía encontramos en el confinamiento atajos para no madurar y procrastinar tareas domésticas o planes que tiene todo el mundo para ti. 

Para esas cosas mejor no ser muy duro con uno mismo ni los domingos ni en la víspera de un Clásico. Para esas cosas mejor llevar a tu terreno aquello de José Luis Sampedro de que, “a ser joven, se aprende con el tiempo”. Una forma más solemne de decir que la edad es un número, frase que sueltan los hijos a sus padres con gran paternalismo y crueldad.

De no despegarse de la infancia saben mucho los futbolistas y los aficionados a los futbolistas. Algunos como Dembélé parecen vivir encantados en una eterna adolescencia. En el terreno de lo que Jabois llama en su último libro, 'Miss Marte', el club de los apuntadores de maneras. Que es el de las expectativas. Me gusta esa idea de que en algún momento todos somos promesas de algo.  

En el caso de Dembélé siempre ha habido el futbolista que queríamos que fuera -o imaginábamos que podía ser- y el que se nos presentaba los noventa minutos. Y ese, el de los noventa minutos, sigue siendo un gran misterio.

Encuentro en Twitter las mejores definiciones: “Dembélé es el mejor jugador malo de la historia” (@massanagranaire). “Juega como si un niño de tres años lo conduciera en el FIFA” (@groovebcn). “Disléxico de pie” (davidjane1976). “Nos está petando la cabeza, en realidad, no hay bando donde ponerse. Me encanta la montaña rusa emocional que nos provoca en un partido” (@sbguarch).”Su superpoder es la aleatoriedad” (@Burkminster). 

Ese Dembélé, que no es el de los highlights, está siempre tan cerca de ser un poeta como de ser un poema. Ese Dembélé parece jugar con los auriculares puestos y mirando el móvil. A veces no le suena el despertador y empieza los partidos como si llegara de la siesta. A veces incluso le caen broncas de Messi. Pero cuando se pone a correr es de lo más salvaje y divertido de este Barça tan insípido de los últimos años.

Una buena manera de acercarse al personaje es la miniserie Ousmane, que ahonda en sus inicios en el barrio de La Madeleine, nos acerca a su entorno más cercano y da voz al futbolista para que se explique. 

-¿Si tuvieras que definirte en tres palabra, qué dirías? le preguntan 

- Soy una persona bromista a la que le gusta reír muchísimo y.... ¿Qué más? 

Se hace el silencio e interviene entonces uno de sus mejores amigos:

-¿Ousmane en tres palabras?

-No le va a gustar lo que diré- responde entre risas.

A continuación vemos un carrusel de amigos que lanzan adjetivos, pero sobre todo repiten uno -“¡genio!-, con la guasa con la que llamas personaje a un íntimo.

Una vez le pregunté a Suárez y se refirió a él con una mezcla de ternura y sorpresa. El tipo de asombro que provocan los niños que te hacen un lío en la casa mientras das sorbos al café.

“Tiene momentos que pierde el balón y al final llega, y tampoco sabes cuándo te va a tirar la pared o dónde tirársela. A veces sale a la contra, veo a Leo detrás mío y nos decimos: a este ya no lo agarramos”.

Los otros de Brunete (Movistar+)

Hace tiempo que la serie ‘Los Otros’ (Movistar+), que ya va por su quinta temporada, nos trae grandes historias de deportistas poniendo el foco en los márgenes del éxito. En este caso el punto de interés es la otra cara del famoso torneo de fútbol de Brunete. Los niños que apuntaban a futuras estrellas que se quedaron por el camino como Jonathan Valle.

Por aquí también aparecen casos de éxito absoluto como Iniesta, Piqué, Cesc, Fernando Torres, Ander Herrera o Xavi, pero es en las pequeñas historias de carreras menos rotundas donde están los grandes momentos del reportaje. El testimonio de esos niños, que ahora son adultos, es otro de los sus grandes activos.