Delaney desató la locura en el Palau

Delaney completó un sensacional encuentro

Delaney completó un sensacional encuentro / EFE

Nacho Solozabal

Nacho Solozabal

Excesivos altibajos

Otro partido en el que un jugador blaugrana se erige en héroe. Si en Valencia fue Mirotic, ante el Milán se desmelenó Delaney. Es muy importante contar con individualidades que no se escondan y resuelvan duelos comprometidos. Pero hay que ir con cuidado si sucede lo mismo demasiadas veces. 

Seguro que llegará el día en que este recurso no será efectivo. El Barça no fue un equipo sólido y constante. Un inicio fulgurante, en especial de Mirotic, provocó el espejismo de que el partido no tendría historia. Y las rentas que se obtienen tan fáciles acostumbran a decaer a la misma velocidad. 

El Milán, a base de triples, remontó en el segundo cuarto un marcador adverso y trasladó al Barça los nervios y la precipitación. Messina impuso un básquet más físico, con jugadores versátiles y de gran talento que descentraron completamente a los blaugrana. El descanso llegó para los de Pesic en el momento más propicio.

Delaney y Sergio Rodríguez 

En la reanudación, el Barça tuvo el objetivo prioritario de colapsar a un Sergio Rodríguez que había liderado al Milán. A base de 2x1 constantes y con una defensa férrea de hombres como Hanga, los blaugranas eclipsaron al base milanés. Buena parte del trabajo ya estaba hecha, pero faltaba dar el golpe definitivo. 

Pero tampoco en este momento fue posible. El juego colectivo del Barça no fue brillante y empezaron a sucederse la pérdida de balones y una cierta anarquía en ataque. Agazapado y la espera de su oportunidad, el Milán siguió trabajando en defensa y aprovechando los errores de su rival. 

Pero a cada zarpazo italiano, la respuesta llegó siempre de un Delaney inmutable. El base apareció en las situaciones más calientes, anotando una serie de triples a cada cual más espeluznante. Una individualidad que valió un partido.