Cuarenta minutos de tensa espera

Pekín, punto y final del Mundial

Pekín, punto y final del Mundial / sport

Siro López

Siro López

Tras llegar la tarde noche  del miércoles aquí a Pekín, podríamos decir que hoy ha sido nuestro primer día hábil en esta ciudad. La mañana como nos imaginábamos, por lo que hemos visto en estos últimos años en los informativos, ha amanecido con un gris plomizo que si estuviéramos en España, pensaríamos que amenazaba nieve o en el mejor de los casos lluvia para aburrir pero que, estando aquí, ya sabemos que lo que vemos son los efectos de la terrible contaminación ambiental que mucho me temo, nos va a impedir ver el sol en los cinco días que estaremos por estas latitudes. Nuestra única esperanza de ver el astro rey queda para el sábado que, aprovechando que no juega España , nos pegaremos una pequeña escapada para darnos una vuelta por la Gran Muralla.

Hoy y a la espera de que llegara la selección desde Shanghai, estamos en el mismo hotel en donde se concentran todas las selecciones, hemos dedicado el día a visitar el escenario de tantos y tantos  sucesos de la China Revolucionaria como es la plaza de Tian’anmen y a la maravillosa y espectacular Ciudad Prohibida. Lo primero que te llama la atención cuando te acercas a la plaza son las grandes medidas de seguridad, similares a las que te encuentras en cualquier aeropuerto, que hay para acceder a ella. Nosotros: el que suscribe y Xuancar Gonzalez, jefe de deportes de Cope, las hemos vivido en nuestras propias carnes.  Mostrar el pasaporte para pasar el control y pedirnos uno de los policías que le acompañáramos, ha sido un causa efecto casi instantáneo.

Allí, viendo como la gente iba pasando, nos han tenido cuarenta minutos con el pasaporte retenido y sin saber a cuento de qué nos tenían allí parados. Al final ha llegado un policía, supongo que de mayor rango, que nos ha dicho quienes éramos, en que hotel estábamos hospedados y que habitación ocupábamos cada uno.

Solo le ha faltado darnos el nombre de nuestras respectivas y en qué colegio estudian los niños. Al final nos han dejado pasar con la condición de no grabar ni un solo vídeo que pudiera considerarse material de trabajo. Como no debían fiarse de que nuestro interés fuese meramente turístico y sí periodístico , durante el tiempo que hemos estado en la plaza nos han estado siguiendo, turnándose en su labor de control, diversos policías. El seguimiento ha sido tan poco discreto que imagino que su proyección no debe de estar ligada a estos menesteres porque de otra forma, como diría aquel, iban a tener menos futuro que un espía sordo. La visita ya se la cuento mañana que esto ha quedado largo.