¿Y si contamos la verdad sobre el basket?

Nacho Rodríguez, en rueda de prensa

Nacho Rodríguez, en rueda de prensa / IGNASI PAREDES

Ernest Folch

Ernest Folch

Hay una regla maldita no escrita del barcelonismo: las secciones del Barça solo son noticia cuando ganan títulos o cuando padecen crisis monumentales. Desgraciadamente, la sección de basket está ahora de plena actualidad por el segundo motivo, a causa de la racha de derrotas y el posterior cese de Sito Alonso, que se anunció el pasado lunes. El fracaso de Sito ha sido que ha dejado de convencer y motivar a sus jugadores y a su vez estos han perdido la confianza en él.

Pero es un fracaso especialmente delicado porque llega tras otro fracaso, el de su antecesor Bartzokas, y una profunda remodelación de la sección que capitanea Nacho Rodriguez desde hace poco menos de un año. Es decir, el proyecto que debía traer el cambio sufre graves turbulencias en las primeras curvas, con 3 ceses en los últimos 18 meses, y cuando todavía está muy inmaduro. Hay muchas causas que explican el caos actual pero la más importante es quizás la que menos se comenta, y es simplemente que la sección de basket ya no puede competir, no con la NBA (algo evidente), sino con los grandes equipos de las Ligas rusa, turca y griega, que tienen presupuestos que triplican al del Barça y ventajas fiscales brutales que permiten duplicar el sueldo de grandes estrellas, a las que cada vez es más difícil retener. Cierto, en el basket blaugrana se han cometido graves errores, a menudo se fichó mal y sin criterio, y los entrenadores contratados no han respondido a la confianza que se había depositado en ellos.

Al Barça hay que exigirle que lo gane todo (o casi) en España. Pero la Euroliga es un reto hoy casi inalcanzable, incluso haciendo las cosas muy bien, si bien es exigible quedar al menos entre los ocho primeros. En un club como el Barça, acostumbrado a pelear siempre por ser el número uno, admitir esto en público es tan difícil como doloroso. Pero quizás el club deberá empezar a hacerlo ya, si no se quiere generar más frustración. ¿Y si contamos la verdad sobre el basket de una vez?