La caverna y el Barça de los 'mil y cinco' pases

Messi, Ansu y Riqui celebran el gol

Messi, Ansu y Riqui celebran el gol / VALENTÍ ENRICH

Javier Rodríguez Marzo

Javier Rodríguez Marzo

El Barça de Setién se estrenó ante el Granada dando cuatro pases más que noches se pasó Sherezade contando cuentos al sultán. Una marca que no se veía desde los tiempos de Guardiola y que ha despertado todo tipo de comentarios. Elogiosos entre los guardianes del estilo barcelonista y críticos, extraordinariamente críticos, entre los miembros de la caverna madridista. 

Su “la posesión no vale para nada”, “solo 200 de los pases fueron para adelante” son una buena señal. Demuestran que el nerviosismo ya se ha instalado en la central lechera.

Nunca lo reconocerán pero llevan grabados a fuego los meneos del Barça de Guardiola. Temen al ‘cruyffismo’ más que a la peor de las bichas y por eso ya han puesto en marcha y al máximo volumen todos sus altavoces para desacreditar a Quique Setién. Ni caso...

El barcelonismo debe tener paciencia. El estreno del nuevo técnico está ofreciendo una ingente cantidad de brotes verdes. Lo primero, el trabajo: la plantilla no va a tener fiesta en dos semanas, algo nunca visto en la era Valverde. Y después, el rigor táctico con defensa adelantada de tres, con solo un lateral asomando en ataque y el primer toque por bandera buscando la circulación rápida y la triangulación con el tercer hombre. Puro Cruyff, puro Barça... 

Después de años de alejarse de la esencia que le hizo practicar el mejor fútbol nunca visto, Quique Setién ha llegado para refrescar la memoria de las vacas sagradas, apuntalar el ADN con la cantera (Ansu, Riqui, Pérez) y ganar para la causa a los nuevos como Griezmann y un De Jong que se deberá encontrar como pez en el agua por fin. Ese es el camino. La prueba la tenemos en que ladran, luego cabalgamos.