Opinión

Cara B

Los jugadores del Barça agradecen el apoyo a la afición del Palau Blaugrana

Los jugadores del Barça agradecen el apoyo a la afición del Palau Blaugrana / Dani Barbeito

Dicen que las notas se ponen a final de curso. Habrá que esperar a ese momento. Hay que reconocer que esto pinta francamente mal. En fútbol la temporada en blanco se ha hecho efectiva en mayo. En baloncesto se tardará algo más, únicamente por la existencia del formato del playoff en la ACB, no por el devenir del equipo. Las cara A de aquellos discos denominados sencillos contenían el 'hit', en la cara B se encontraba una versión secundaria. Esta parece ser la versión del actual Barça de baloncesto. Es difícil pensar que el proyecto actual da para algo más que para ser una cara mala.

La directiva decidió ejecutar, esa es la palabra que mejor explica la decisión, al entrenador y al líder del equipo a finales de la temporada pasada. Como en el caso de Leo Messi, la versión oficial se centró en lo económico. Sonaba a excusa. La decisión de darle la oportunidad a Roger Grimau era atrevida. Su llegada al banquillo, con su currículum, podría calificarse de prematura, en el mejor de los casos. Jasikevicius, tan carismático como incómod, para los actuales mandatarios culés, no era un tipo fácil de gestionar. Su liderazgo tampoco deja indiferente a nadie, gusta o no gusta. Se lo cargaron de forma rápida y precipitada. Las formas, para un tipo tan culé como el que más, no fueron las más exquisitas. Estilo Barça. El lituano ha cogido un equipo que estaba en la deriva a media temporada y lo ha llevado a la 'final four'.

Lo de Mirotic es más surrealista. Los números del jugador montenegrino durante su etapa en Barcelona son propios de superestrella. Era otro perfil a aniquilar. Su liderazgo generaba envidias… a algunos. Se marchó porque decían que sus emolumentos eran más propios de futbolista que de baloncestista. La realidad es que se fue cobrándolos, casi íntegramente, para jugar en otro equipo. La cifras que explican la operación son calamitosas, se quemó tanto dinero como talento.

La gestión de la confección de la plantilla actual genera dudas, pero mi respeto por el mejor jugador de la historia de nuestro club, Don Juan Carlos Navarro, es religiosa y no me permite criticarle. Aunque su mejor versión hay que buscarla más como jugador que como gestor.

Brizuela, Hernangómez y Parra en su primera temporada dejan más dudas que esperanzas. Parker sigue teniendo más perfil de exjugador que de estrella, aunque como persona parece ser un 10. La vuelta de Ricky Rubio genera ilusión y debemos darle todo el tiempo que requiera para volver a ser determinante. Con esta base, la próxima temporada tampoco pinta a Cara A, ni por los mimbres que hay en la pista, ni por las capacidades o voluntades de visionar el camino del éxito desde los despachos y el palco.