Opinión

Calladita estás más mona

Las jugadoras del Barça, como Aitana o Mariona, se exponen a una dura sanción

Las jugadoras del Barça, como Aitana o Mariona, se exponen a una dura sanción / Sefutbol

A mi padre y a mi madre les decía la madre superiora que “esta niña habla mucho, obedece poco y lo altera todo. Calladita está más mona”. No ser cómoda ni es una virtud ni tampoco motivo de premio pero, seguro, molesta a los que no quieren que se mueva el avispero en el que habitan. Picándose entre ellos, favoreciéndose o poniéndose zancadillas pero siempre en el juego del poder, acaban arriba y quienes se atreven a ir contra el sistema, abajo.

Las últimas semanas se ha demostrado en la Real Federación Española de Fútbol funciona con esas reglas tan propias y que tan bien ha representado Luis Rubiales en sus comparecencias públicas. Desde ese ‘’acomodo’ de genitales en el palco y posterior beso no consentido a Jenni Hermoso, pasando por ese video de ‘no disculpas’ en la escala en Doha, su ‘no dimito’ multiplicado por cinco a la par que situaba a la víctima como sujeto activo del asunto y acabando por sus entrevistas con periodistas afines a su forma de pensar y proceder, la imagen de la RFEF no ha hecho más que empeorar cada día que pasa. Con o sin su otrora presidente. Eso sí, a ellas las quieren calladas y aunque éstas esgriman contundentes razones a través de sus comunicados, hoy están en Valencia concentradas, atemorizadas y agotadas. Las escuchará y las apoyará ‘in situ’ el presidente del CSD del mismo modo que el ministro Iceta habló ayer de un gobierno que “no va a estar pasivo ante una federación que está haciendo las cosas muy mal”. Pero ellas ya están en la concentración. Expuestas a la opinión pública. Poniéndolas en el foco. Y ellas, calladas. A la espera. Con miedo por esas consecuencias legales que podrían tener de no presentarse. Con un TT que las llama ‘niñatas’. Con todas las presiones imaginables e inimaginables. Con dedos señalando a supuestas “cabecillas de una rebelión” para que sean identificadas y marcadas. Con una previa de caos y faltas a la verdad, en la que su seleccionadora aseguró que había hablado con ellas y ellas la desmintieron a los pocos minutos. Porque era mentira. Porque se han hartado de mentiras. Porque no van a consentir que una mentira mil veces repetida acabe convirtiéndose en verdad. Con ellas, no.

Misa, cancerbera de la selección y del Real Madrid, no pudo ser más elocuente a su llegada a ese hotel cercano a Barajas donde las habían convocado. Porque en la ciudad deportiva de Las Rozas, no lo olviden, no se sienten seguras y es su casa. La futbolista respondió a quien le preguntó si estaba de acuerdo con esa convocatoria. Un ‘no’ con el rostro roto, girando su cabeza con fuerza y una mirada de hastío como respuesta. No están tranquilas. No se fían. Porque saben de qué y de quiénes hablan. Porque aunque los radiografíen sus actos y sus palabras, casi nunca es suficiente. Desde México, de madrugada en España, Jennifer Hermoso preguntaba de qué y/o de quién la quería proteger la RFEF no convocándola a la par que sus conpañeras hacían la maleta sin querer y se personaban donde las citaban sin querer ir. Ahí, justo donde no querían llevar a la vallecana. Le preguntaban a Alexia en el aeropuerto como se sentía. “Mal. De qué hay que proteger a Jenni si está todo bien, no?”. Tirar de ironía cuando no queda otra y en Oliva te espera Víctor Francos con un discurso mucho más cercano a ellas que el de hace tres días. O hace pocas horas, cuando sseguraba que, de no acudir, podían ser sancionadas. Ahora, con un burofax con destino al ente en el bolsillo, parece que ha pasado a la acción. Lo que está claro es que las que callan, no otorgan.