Bartomeu, culpable de un Barça bajo mínimos

Josep Maria Bartomeu, presidente del FC Barcelona

Josep Maria Bartomeu, presidente del FC Barcelona / sport

J.Mª Casanovas

J.Mª Casanovas

Las alarmas se han disparado. Las críticas contra Bartomeu cada vez son más feroces. La palabra dimisión comienza a sonar con fuerza en el entorno azulgrana. El equipo quiere pero no puede como se demostró en Bilbao. Todo lo que pasa en el Barça es consecuencia directa de una gestión nefasta y calamitosa en el terreno deportivo.

Han perdido los papeles, toman decisiones equivocadas y son incapaces de reconducir una planificación deportiva que lleva tiempo sumando errores y tirando millones. El presidente se ha quedado sin argumentos ni escudo; la buena voluntad no es suficiente para dirigir el club con mas potencial económico del mundo.

Si no se gana ningún título esta temporada, las elecciones el próximo verano serán inevitables y necesarias. Vivimos la sensación de que el club está llegando de forma acelerada al final de un ciclo. Se han encadenado tantas decisión es erróneas que no habrá otra solución que hacer borrón y cuenta nueva.

Es triste reconocerlo, pero Messi y solo Messi aguanta un equipo que envejece con contratos millonarios. Si no fuera por el crack argentino, el Camp Nou hubiese explotado hace tiempo. Leo comienza a estar cansado de tanta incompetencia. No quiere irse a final de temporada pero declaraciones tan lamentables como las de Abidal no ayudan.

Un último mes terrible

El último mes en Can Barça ha sido terrible. Una montaña rusa de decepciones, disparates, mentiras y falsedades. El 10 de enero perdían en Arabia Saudí la semifinal de la Supercopa. Aquello fue la gota de agua que provocó el cese de Valverde, una decisión precipitada ya que no tenían sustituto. Intentaron fichar a Xavi viajando a Catar, tantearon a Koeman que les dio calabazas y hablaron con Pochettino, que tampoco dio respuesta.

Y así llegó Setién, feliz y contento de dejar las vacas para ir al Camp Nou. Los despropósitos continuaron. Buscaron un delantero centro para suplir la baja de Suárez y la dirección deportiva cosechó otro sonoro fracaso. Un día después de decir que no fichaban a nadie, ficharon al desconocido Trincao pagando una comisión de siete millones a Jorge Mendes por su ‘intermediación’. 

Para intentar arreglar el desaguisado, deciden que hable Abidal para explicarse. Mala decisión. Disparó contra el equipo y Messi se puso como una moto. Se generó una polémica perfectamente evitable. Enésimo lío en un mes. El club toca fondo.

Carrera hacia el abismo

Esta carrera hacia el abismo culminó el jueves con la eliminación de Copa en el mejor partido del Barça de Setién. Pero no fue suficiente, el Athletic tuvo bastante con una ocasión de gol para dejarles KO. Messi acabó frustrado y hundido después de una gran actuación personal. Esta derrota es consecuencia de la mala planificación deportiva.

Las críticas ya no son para el equipo, tampoco para el entrenador, Bartomeu está en el ojo del huracán de los seguidores barcelonistas como gran culpable. Su poder es tan personalista que se ha convertido en el blanco de las críticas ya que está mal asesorado y se ha rodeado de demasiados mediocres. El malo de la película ya no es Valverde, es el presidente plenipotenciario que se ha metido en un callejón sin salida.