Barça, ¿el relato es correr?

El club debe encontrar una estabilidad, una tranquilidad que ayude en lo deportivo

Lamine Yamal, ante Mohamed-Ali Cho de la Real Sociedad

Lamine Yamal, ante Mohamed-Ali Cho de la Real Sociedad / AFP

Albert Masnou

Albert Masnou

Hay unas palabras de Xavi tras el partido de Anoeta que invitan a la reflexión: “La derrota del Madrid nos afectó más de lo normal y de lo que esperábamos”. ¿Cómo es posible que un resultado adverso puede hacer temblar los cimientos de un proyecto hasta el punto de discutir la continuidad del entrenador (la pregunta a Deco en el documental de Bojan), que afecte la tranquilidad de un presidente (la reacción de Laporta en Montjuïc) o la estabilidad de un vestuario (caso Gündogan)? Si todo esto ha pasado, que sí, solo se puede encontrar una razón y es que los cimientos del actual proyecto azulgrana no están tan bien asentados como parecía. Y es que, en general, lo inmediato acaba condicionado demasiado el pasado, el presente y el futuro de un club que vive a toda velocidad, sin calma, apretado por las urgencias económicas y deportivas. Hay prisa por todo. Demasiada. Y este acompañante de viaje acaba siendo un mal socio. 

Hay prisa por hacer debutar a Ansu Fati con solo 16 años, hay prisa por convertir a Lamine Yamal en el nuevo Messi cuando todavía no ha hecho nada, hay prisa por otorgar condición de estrella a Fermín tras marcar solo un par de goles cuando en toda su carrera siempre fue un acompañante. Con todos los jóvenes hay prisa. Y la prisa es una mala consejera porque estos chicos, por muy buenos que sean, deben vivir un proceso de maduración física y mental que precisa tiempo. Y no se lo damos porque el Barça necesita un relato, nuevos referentes.

Y no solo pasa con los jóvenes. Hay prisa por renovar a Joao Félix después de marcar tres goles y dar tres asistencias en los cuatro pimeros partidos, pero después encadena ocho sin tocar bola, con solo dos asistencias y cero goles, protagonizando el peor inicio de Liga de su vida. ¿No será que era precipitado todo? Cuando hay que recordar que la mejor temporada de su vida fue en categoría juvenil, en Portugal, y ha acabado saliendo por la puerta trasera del Atlético y Chelsea. 

No solo con las promesas hay prisas. Parece que se quiera retirar a Lewandowski cuando sale de una lesión y, al no ser joven, le cuesta más reencontrarse a sí mismo. Y podríamos ir relatando caso por caso porque con todos ocurre algo parecido.

Y es que el Barcelona vive apretado en lo económico y en la búsqueda de resultados deportivos y esta urgencia se acaba traslandando a diferentes niveles de la entidad hasta el punto de intoxicarla y provocar que los cimientos de un proyecto se acaben removiendo por un resultado adverso. Encontrar esta estabilidad, esta mayor tranquilidad, es un reto mayúsculo porque si no se logra, seguirá traspasando las paredes del vestuario. Y eso condiciona a todos.

Demasiados triunfos por la mínima

Que al Barça hay que exigirle que juegue mejor es una obviedad. No atraviesa por un buen momento y fruto de ello son los resultados que ha ido cosechando. Hay uno significativo que demuestra que queda camino por construir. Si los resultados de Xavi desde que asumió el banquillo del Barcelona han sido muy superiores a los que cosechó Koeman, también es cierto que los marcadores no invitan a demostrar que los triunfos llegan con autoridad, con solvencia.

Desde que llegó Xavi, el Barça ha ganado 19 partidos por la mínima, por 1-0 siendo el equipo de la LIga que más veces ha cosechado este resultado. El segundo es la Real Sociedad (11) y el tercero es el Mallorca y Atlético de Madrid (10). No es lo que el Barcelona nos tenía acostumbrados en un pasado reciente, cuando nunca había vivido de los servicios mínimos. Se supone que la vuelta de los lesionados debe ayudar a dar este salto de calidad para que el equipo no sufra tanto y la afición disfrute más de los goles y del juego del equipo.