El Barça pone en duda su modelo de club

Laporta tiene claro el plan

Laporta tiene claro el plan

Gerard López

Gerard López

Ya han pasado 450 días desde que Joan Laporta fuera escogido presidente del Barcelona y se encuentra a las puertas de su tercero año de mandato. La sensación que teníamos antes de las elecciones era que llegaba un modelo de club en el que los ejecutivos eran claves, pero con el paso del tiempo esto ha quedado en papel mojado.

El Barça continúa siendo el mismo que fue siempre, un club presidencialista. Y todo el tema ejecutivo, según nos dijeron y se confimó con la llegada de un CEO, ha quedado en nada cuando Feran Reverter se fue (aún no sabemos el porqué). Desde entonces, Laporta ha tomado la capitanía del barco, auxiliado en el tema deportivo por Mateo Alemany y Jordi Cryuff, y todas las decisiones acaban pasando por él.

Económicamente, la preocupación que teníamos de la herencia está pesando, pero cualquiera de las soluciones que se toman conllevan incrementar la deuda, coger dinero ahora para tapar agujeros pero sin un plan estratégico de futuro definido ni ingresos en base a nuevas ideas o explotar nuevos mercados.

Hay la sensación que todo se centra en vender activos del club (ya sea jugadores, Barça Studios o derechos de televisión a futuro) y tampoco los jugadores, con acuerdos astronómicos, lo ponen fácil porque se apalancan en contratos hoy imposibles de asumir por otros clubs que imposibilitan sus traspasos.... todo es un pez que se muerde la cola.

Pasó con Coutinho que costó 120 y lo has vendido por 20 o Braithwaite, Neto, Umititi o Lenglet que costaron entorno a los 20 y hoy vas a regalarlos para sacarlos de aquí porque en Barcelona se vive muy bien. Los que has podido incorporar, como Christensen y Kessie, no puedes incorporarles y luego llega Lewandowski cuya inscripción será otro problemón.

A todo este se suma el éxito del Madrid, un club que vive sin tanto ruido y que va sumando títulos. Es también un club presidencialista pero no hay tantos líos, ni tantos intereses externos. Han ganado la Liga y la Champions en un año que catalogaron de transición. Es verdad que el tema de Mbappé ha hecho daño pero lo han contrarrestado con una temporada perfecta a nivel deportivo. Todo lo contario que el Barça. 

En el Camp Nou hay mucho trabajo por hacer y la sensación de que hay que cambiar la forma de funcionar a nivel de club. Estamos inmersos en esta dinámica negativa con problemas en todas las áreas: Deportiva, social y sobre todo económica. En estos momentos hay que exigir imaginación en la generación de ingresos, profesionalismo y transparencia.