El Barça no puede perder más tiempo

El Barça jugará, "muy probablemente", partidos en el Estadi Lluís Companys

El Estadi Lluís Companys / EFE

Xavier Ortuño

Xavier Ortuño

No se puede esperar más a tener un estadio cinco estrellas y si eso supone que el Barça tenga que irse de excursión a Montjuïc para jugar en el Estadi Lluís Companys, tocará pasar por ello. Ya lo había adelantado Joan Laporta durante la campaña electoral, que una de las opciones era tener que abandonar el Camp Nou para poder renovarlo.

Ayer el presidente del Barça solicitó usar las instalaciones deportivas del Estadi Lluís Companys a la alcadesa Ada Colau y dependerá de la evolución y capacidad de realizar las obras con el Camp Nou el tiempo que Montjuïc sea la nueva casa blaugrana.

El socio merece un estadio con todas las comodidades y servicios a la altura de un club como el Barça y el club tiene que poder ofrecer servicios, palcos y eventos que le permitan engrosar su maltrecha economía. Para conseguir acelerar todo esto, y que el Camp Nou en vez de grietas genere ingresos, tocará pagar el peaje de abandonar Les Corts para subir a la montaña de Montjuïc. Podría ser ya esta próxima temporada cuando el equipo haga las maletas y eso sería buena señal de que las obras avanzan a todo ritmo y que pronto el Camp Nou será el Nou Camp Nou.

Al Real Madrid, esta operación de cambiar el campo le ha coincidido con la ausencia de público por el coronavirus y se ha mudado a Valdebebas sin perjuicio para sus aficionados. Además, podrá activar antes la máquina de eventos que Florentino prepara para el nuevo Santiago Bernabéu. Así que, aunque duela alejarse del Camp Nou, es la hora de que el balón deje paso a las excavadoras y a las grúas para que el público pueda volver pronto a un estadio brillante y radiante para animar al equipo.

Mientras, tocará buscar soluciones para subir al Lluís Companys vía escaleras o vía autobús y hacer tiempo para el partido en la Plaça Espanya. Pero cada partido que el Barça juega sin sacar el máximo rendimiento a su estadio es un ‘hándicap’ respecto a sus competidores y el camino para llegar a ello pasa por Montjuïc.