Barça: Y llegó la tormenta perfecta

Laporta-messi

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Toni Frieros

Toni Frieros

Este miércoles se cumple exactamente un año del mayor golpe de efecto en las últimas elecciones a la presidencia del FC Barcelona. Una genial idea concebida por el director de campaña de Joan Laporta, el publicista Lluís Carrasco, que acabó por cercenar cualquier esperanza de sus rivales.

Aquella gigantesca pancarta colgada a escasos metros del Santiago Bernabéu trasmitió arrojo, valentía y descaro, virtudes que, sumadas a la fuerza natural de Laporta, a su gran poder de convicción y oratoria, hizo que arrasara en las urnas. El socio confió mayoritariamente en Laporta porque estaba convencido que el Barça volvería a recuperar todo su esplendor, marchitado en las últimas temporadas. Lo había conseguido entre 2003 y 2010 y segundas partes sí podían ser buenas. Ilusión a tope.

El entonces candidato prometió y repitió hasta la saciedad que, con él, Leo Messi seguiría, ahuyentando a quienes hacían diagnósticos apocalípticos: "Ho tornarem a fer; tenim la experiència". El 18 de junio de 2018, el aspirante Víctor Font había realizado unas declaraciones en ‘AS’ que, vistas hoy, dan miedo. ¿No será un vidente?: “El Barça corre el peligro de ser un nuevo Milán. La era post-Messi será un problema enorme para el club. Si queremos seguir en la élite del fútbol tenemos que mejorar los ingresos”. ¿La tormenta perfecta?

Sería injusto si no admitiera que la delicada situación económica del FC Barcelona, provocada por una masa salarial insostenible y el COVID, hacía muy difícil remontar el vuelo, pero no es menos cierto que precisamente para eso el socio confió en esta junta directiva. Nadie dijo que iba ser fácil. Todos los candidatos a la presidencia lo sabían. Y todos aceptaron el reto. Se trataba de tomar las decisiones correctas para ser capaces de salir del atolladero económico sin perder ni un ápice de potencial deportivo ni competitividad. ¡Esto es el Barça! ¡Compite con los mejores clubs del mundo!

La realidad hoy es que el Barça vive la peor crisis deportiva de sus últimos veinte años. Se ha ido por la puerta de atrás el mejor jugador de todos los tiempos, se ha maltratado y despedido al mito de Wembley, el equipo está fuera de la Champions League y tendrá que sudar tinta para meterse en Europa la próxima temporada.

La institución está pagando con el deterioro de su prestigio los graves errores cometidos por los de antes y por los de ahora. Aquí nadie está libre de pecado. Solo cabe apelar a la unión del barcelonismo para despertar de esta pesadilla, de esta tormenta. Ahora más que nunca, profesionalidad, acierto y talento.

El reto que tiene la junta directiva por un lado y Xavi por otro es titánico. En 2003-2004 el FC Barcelona también sufrió en sus carnes una situación deportiva y económica parecida y el barcelonismo supo tener paciencia y creer en los suyos, liderado por Ronaldinho.

Dos años después ese Barça acabó ganando la segunda Champions de su historia. Hoy el club está inmerso en esa ‘tormenta perfecta’ que ya en 2018 vaticinó Víctor Font, pero hay que creer en que será pasajera, porque como dijo Xavi, en el Barça no hay temporadas de transición.