¡El Barça ha de bloquear al Atlético!

Leo Messi y Antoine Griezmann celebran el primer gol del FC Barcelona ante el Huesca

Leo Messi y Antoine Griezmann celebran el primer gol del FC Barcelona ante el Huesca / VALENTÍ ENRICH

Alex Corretja

Alex Corretja

Sientes que te pilla, que no sabes cómo reaccionar, que te paraliza, que ya no depende de ti, que no encuentras respuestas a sus preguntas, que dejas de hacer lo que sabías y pasas a esperar que las cosas sucedan sin ir a buscarlas, como venías haciéndolo. Entonces te das cuenta de que quizá ya sea demasiado tarde, te han bloqueado, y no encuentras la salida.

Aunque a veces todavía estás a tiempo de huir de esa presión que empezabas a sentir que sería insuperable, en otras tantas, te ha pillado el toro y se te ha llevado por delante. Podríamos decir que el Barça lleva ya varias jornadas intentando ejercer esa presión sobre el Atlético en la Liga. Mientras el equipo catalán ha ido descaradamente al alza en las últimas semanas (a excepción de su varapalo en casa contra el PSG y su posterior eliminación de la Champions), el conjunto madrileño parece que ha ido perdiendo algo de frescura respecto a su prometedor inicio liguero donde llegó a sacarle hasta once puntos a los hombres de Koeman y otros tantos a los de Zidane. Si a eso le sumas su eliminación el otro día contra el Chelsea y su caída prematura en la Copa del Rey, hace ya bastante tiempo frente al Cornellà, podría demostrar que los de Simeone estarían sufriendo un poco las consecuencias de verse como favoritos y notar el aliento en el cogote de sus máximos perseguidores, como Barça y Madrid.

Pero ojo, si algo tiene el equipo del ‘Cholo’ es un espíritu de lucha y entrega constante hasta el último segundo. Jugadores muy bien mentalizados por un técnico superexigente que sabe sacar el cien por cien de cada uno de ellos. Son un equipo en el que las palabras ‘actitud’ e ‘intensidad’ no parecen tener límites en su amplio repertorio.

Por eso creo muy importante que, si los culés quieren ganar esta Liga (con permiso del Real Madrid), deben forzar la máquina y que los colchoneros duden de sus posibilidades. Así me sucedió en varias ocasiones en mi carrera cuando veía que mi rival se me subía a las barbas y ya no sabía qué hacer para sacármelo de encima.

Recuerdo una muy concreta en Roland Garros de 1994 frente al croata Goran Ivanisevic en tercera ronda. Todo parecía ir viento en popa para mí, iba 7-6 y 6- 3 arriba, entonces tuve una sensación de alivio momentáneo pensando que era un margen suficiente para ganar el partido en los siguientes tres. Creo que fue en ese preciso instante, y sin ser consciente, cuando empecé a perder el encuentro, dándole la oportunidad a un crack como Ivanisevic el margen necesario para que me presionara y me hiciera dudar. 6-1 y 6-2 el tercer y cuarto set para él. Comenzamos el quinto con sensaciones muy distintas a las que teníamos apenas una hora antes, nuestros pensamientos ya no eran los mismos: él iba disparado para arriba y yo en cohete para abajo. Aun así tuve 3-2 y ventaja a favor para 4-2, recuerdo como si fuera ahora mismo que me fui a la red esperando que mi rival fallara el ‘passing’, pero el hecho de ver caer su pelota dentro y muy lejos de mi alcance, supuso el final de mi fe en aquel partido. Acabé derrotado por 6/3.

El fútbol no es tenis ni viceversa, pero cuando un deportista o un equipo siente la presión de su rival en la nuca, ha de saber escoger muy bien para salirse de esa maldita encrucijada.

Muguruza vuelve a triunfar

La semana pasada Garbiñe volvió a ganar un torneo del circuito WTA, concretamente en Dubai. Un título que debería darle mucha confianza de cara a sus próximos compromisos. Hace ya varios meses que siento que “Garbi” es otra jugadora. Se la ve mucho más segura de sí misma, más constante, menos errática y mucho más alegre en general

Creo que ha encontrado un gran equilibrio emocional que la está haciendo ser la jugadora que tanto deseamos. Tener a Conchita Martinez a su lado sin duda está ayudando mucho a que todo fluya de una forma más natural. Ojalá que nos dé muchas alegrías más, este año podría caer su tercer grande, paciencia y humildad. 

El 'karateka' Kemar Roofe

Me quedé helado viendo la patada del delantero del Glasgow Rangers Kemar Roofer que acabó con una fractura de cráneo del guardameta del Slavia de Praga Ondej Kolá. Pero lo que más me indignó es la reacción del futbolista, primero por levantar las manos insinuando que no había hecho nada, pero encima cuando vio que el colegiado le sacó la tarjeta roja, se indignó. En ningún momento se preocupó por el estado de su ‘víctima’, no se acercó, ni preguntó... no entiendo qué le pasa por la cabeza a un jugador así.