Arturo no es Paulinho

Arturo Vidal solo piensa en ganar títulos con el FC Barcelona

Arturo Vidal solo piensa en ganar títulos con el FC Barcelona / VALENTÍ ENRICH

Jordi Costa

Jordi Costa

Hay un dato demoledor para quienes nos chirría que Arturo Vidal sea un fijo en los esquemas de Valverde. Desde que el chileno se instaló en la titularidad, coincidiendo con la baja de Rakitic en el Metropolitano y aprovechando a continuación los problemas físicos de Arthur, el Barça sólo ha encajado un gol en cinco partidos de Liga. Por si el dato no es suficientemente revelador, cabe añadir que había concedido 18 en las 12 jornadas anteriores -una media insostenible de 1,5 por encuentro- y que venía de recibir un 3-4 del Betis. Dado que el resto del once tipo -con la excepción de Semedo- ha variado poco en las últimas semanas, hay que concederle a Arturo Vidal una incidencia notable en la mejora del equilibrio del equipo, la cualidad más preciada para cualquier entrenador.

Prendados como quedamos los culés nostálgicos del criterio que aporta Arthur cada vez que toca un balón, es paradójico que el 2018 acabara con el chileno ocupando la vacante dejada en el once por la marcha de Iniesta, y justo por lo opuesto que distinguía al manchego: sus prestaciones sin balón. 

Arturo participa menos que el resto de centrocampistas en fase ofensiva, incluso aparece más como segundo delantero centro que como interior, un poco al estilo Paulinho, pero aún sin actividad en la elaboración del juego, aporta un sinfín de intagibles más que el brasileño.

Su fútbol desordenado, opuesto al de la mayoría de sus compañeros, te hace perder una pieza a la hora de circular el balón pero ganarla en zona de remate y a la hora de retroceder, la asignatura pendiente de un equipo que se quedaba corto con Busquets y Rakitic como únicos sostenes. Además, es agresivo en la presión y en los balones divididos y tiene una virtud competitiva difícil de encontrar en futbolistas con una trayectoria dilatada: se emplea con el mismo ímpetu en un clásico que en el campo de la Cultural Leonesa.

Por todo ello, Valverde tiene el dilema de hacer tender al equipo hacia el estilo más puro del Barça con Arthur o virarlo hacia el recorrido de Arturo. Las estadísticas le recomendarían que lo segundo aunque el técnico no esconde que el partido de Wembley frente al Tottenham, por el resultado y por el juego, sea probablemente el más significativo de esta primera parte de temporada.

Hacer convivir estas dos almas en función del rival o de los estados de forma puede ser una opción. Pero llegará el momento de los partidos cruciales y tocará decantarse entre el orden y la agitación.