Araujo tiene la puerta abierta

Ronald Araujo celebró por todo lo alto el triunfo en el clásico

Ronald Araujo celebró por todo lo alto el triunfo en el clásico / EFE

Ivan San Antonio

Ivan San Antonio

El mundo del fútbol ha cambiado tanto con la pandemia que sale más barato fichar que renovar. Siempre que las dos operaciones vayan entrelazadas. El Barça está en una situación económica tan complicada que, ante esta situación, se le abren las puertas del cielo. A quienes llevan las finanzas del club, que en el fondo son todos, se les hace la boca agua pensando en una hipotética salida este verano de futbolistas como Gavi, cuya cláusula de rescisión es de 50 millones de euros, o de una hipotética negociación escondida para traspasar a Araujo, que tiene un precio de salida de 200 millones.

El beneficio es neto porque han ascendido desde el fútbol base y hay que cuadrar cuentas. Además, firmar a jugadores que acaban contrato sale tirado si no piden, como Mbappé, una millonada por haber resistido a la presión de Catar. Es una suma y una resta entre lo que ingresas y lo que te gastas, así de fácil. La pregunta que hay que hacerse es: ¿el Barça sale ganando?

Ahí entran otras derivadas, pero lo que está claro es que a Araujo le están mostrando la puerta que comunica con la salida del Camp Nou. Habrá que ver si también hay patada, pero la cosa no pinta bien. Cuando un futbolista comprometido, que ha entendido donde está, que ha demostrado que no le va grande y que tiene 23 años abre el móvil y ve que quienes deben negociar su renovación se han visto con Rüdiger y que, además, ya tienen firmado a Christensen, debe ser complicado mantener la calma.

El Barça está obligado a reforzar la plantilla y está obligado a sanear sus cuentas, pero todo eso debe ser compatible con no menospreciar a quienes no solo han mantenido al equipo digno durante meses de caos y desconcierto, sino que lo han hecho soñando en que construían un edificio que podrían disfrutar. Si a medio construir les invitan a salir porque prefieren a obreros más baratos, el mensaje es catastrófico. No solo para Araujo, sino para quienes vienen detrás. Ahí está, muy cerca, Gavi, pero muchos otros que creían que lo peor ya había pasado. El dinero no lo es todo en la vida y, en este caso, no hace falta hablar de lo que supone a nivel deportivo Araujo. Es el propio futbolista quien grita lo que vale cada vez que pisa el césped.