Ahora sí hablamos, Superliga

Bernd Reichart

Bernd Reichart

Marc Menchén

Marc Menchén

Volvió a ser un anuncio a medianoche, pero esta vez con acciones más allá de España pese a que su trascendencia ha sido muy menor. Me refiero al nombramiento del nuevo CEO de la ya no llamada Superliga, el alemán con largo pasado en España Bernd Reichart. Y sólo han bastado cinco días para que podamos tener claros tres puntos del proyecto: se ha renunciado a la que inicialmente se planteó como la gran solución al mal de los clubes y ahora sí se ha situado el debate en el fondo de la cuestión, que es quien es el dueño de la Champions League. Por si alguien aún tenía dudas, también se ha dejado claro que el principal promotor de aquella idea es el Real Madrid.

Vamos por partes, y empezaremos por el final. Reichart en realidad no es el CEO de la Superliga, sino de una nueva consultora llamada A22, que a efectos legales es la propietaria de quien iba a gestionar ese torneo reservado a los grandes clubes. Y esa consultora es propiedad de Anas Laghari, hombre de confianza de Florentino Pérez y quien a través de Key Capital ha estructurado todas las grandes operaciones financieras del club blanco en estos últimos cinco años. Junto a él, John Hanh, alto cargo de Providence cuando este fondo de inversión inyectó 200 millones al negocio de patrocinios del Madrid a cambio de participar de su rentabilidad hasta 2027.

Y a ellos les toca ahora, con Reichart como interlocutor, buscar una salida en el laberinto al que entraron con el anuncio de la Superliga. De entrada, ya han retirado de la mesa el planteamiento de que el futuro de las competiciones europeas de clubes pasa por blindar la plaza de los clubes más poderosos. Ese era el punto más polémico, puesto que acercar a Europa hacia el modelo estadounidense es obvio que daría estabilidad a largo plazo a los dueños de estos equipos, pero rompía de lleno la pirámide competitiva en Europa.

Pero, si no se avanza en este punto, ¿qué sentido tiene la mera existencia de A22 y por qué quiere ser actor relevante en el diálogo sobre el futuro del fútbol? Porque ahora sí, el debate se ha situado en una cuestión que sí creo que es crucial para el futuro del fútbol: el papel de los equipos y sus inversores en la gestión de los torneos que disputan. Ese poder de decisión sí lo tienen en sus respectivas ligas nacionales, pero en la Champions son escuchados y atendidos, pero no tienen la llave de la caja. Y siendo ECA una patronal muy ecléctica en cuanto a dimensiones e intereses de sus clubes, A22 puede querer ser la voz de los grandes.