¿Y ahora qué?

Xavi Hernández se desespera durante el Bayern - Barcelona

Xavi Hernández se desespera durante el Bayern - Barcelona / AFP

Carles Sans

Carles Sans

Esta es básicamente la pregunta del día después. Ahora ya estamos de lleno en aquella época en que algunos culers profetizábamos cuando pensábamos en el día que el mayor jugador de la historia se fuera del Barça y nos tocara pasar por una larga y dura travesía. Después de la derrota contra el Bayern y la consecuente eliminación de la Champions, nos hallamos en la mayor crisis de este club de los últimos 20 años.

Los que íbamos diciendo que sufriríamos un día la ausencia de Messi, jugador en el que había recaído la responsabilidad de tantísimos éxitos, no sospechamos, ni por asomo, que este adiós coincidiría, además, con la ruina económica del club y con una plantilla tan pobre como para pasar de ser un club respetado a un equipo escaso de recursos y más bien inofensivo.

Los planetas de la mala suerte se han alineado y eso ha situado al club en un brete bien complicado. Ahora nos tocará ver desde las plantas más bajas las fiestas que se celebrarán en el ático. No hay otra. Llegado a este punto, hay que mirar al futuro y buscar reconstruir un equipo muy distinto al actual. Muchos jugadores tendrán que marcharse; los jóvenes, quedarse para seguir ilusionando y la dirección deportiva ser valiente, y dentro de las posibilidades económicas, afinar mucho para fichar bien.

Y fichar bien no significa fichar a Braithwaite, Depay, Dest y medianías por el estilo. Es fichar jugadores que marquen la diferencia. ¿Qué, con qué dinero? Con el que sea capaz de reunir los directivos y ejecutivos varios que barajan el nombre de un club, y siento decirlo así, venido a menos y que ha de volver a aspirar a estar donde le corresponde.

Como lo siento por Laporta y su equipo, y como lo lamento por Xavi Hernández, al que hay que apoyar más que nunca. A todos ellos les queda un largo y difícil camino por recorrer. Un camino que los aficionados hemos de estar dispuestos a sufrir, pero ojo, observando muy de cerca muchas de las decisiones que tome el club. Créditos los que haga falta, cheques en blanco, ninguno.