La supervivencia de los Lakers

Los Ángeles Lakers podrían perfectamente sobrevivir en una isla desierta. Descubrirían la forma de hidratarse y alimentarse e incluso se permitirían el lujo de disfrutar de la experiencia. Porque este equipo se ha especializado en ofrecer ejercicios de supervivencia a base lucha, intensidad y garra. Y, por el momento, les está saliendo bien.

Atrás queda ese balance inicial de 2-10 con el que el equipo de Darvin Ham hizo saltar muchas alarmas a principios de temporada. Un trabajo imperioso en la pizarra y la llegada de muchos -y variados- recursos en el mercado han catapultado a un equipo que tiene contra las cuerdas a unos Grizzlies (1-3) vulnerables sin Steven Adams.

Los angelinos son un equipo tenaz, dinámico y valiente que se ha hecho fuerte desde el cierre del rebote y la inteligencia defensiva. Y, cómo no, con sus dos estrellas: LeBron James y Anthony Davis. Además de unos actores secundarios que cada vez tienen más trascendencia en el desarrollo del juego y la evolución positiva de los resultados: D'Angello Russell, Rui Hachimura, Austin Reaves, Jared Vanderbilt o Malik Beasley.

En el último asalto de la serie, que deja un escenario favorable para el no-favorito, el equipo californiano fue todo aquello en lo que se ha convertido. Llevaron el partido a la prórroga pese a los constantes hachazos de Bane y Morant y rescataron una victoria que parecía escaparse pese al dominio de Davis en la pintura, el baloncesto alegre de Reaves y las exhibiciones de LeBron. Una victoria que puede marcar un antes y un después. Por las formas y por el fondo.

El Rey ya no es tan dominante, por razones obvias, como antaño. Pero cualquiera discutiría su legado. Tan solo un imprudente Dilon Brooks se ha atrevido a ello. 22 puntos y 20 rebotes, además de apuntarse las jugadas clave del partido, para responder a aquellos que han perdido la fe. A poco de un triple-doble que sigue alimentando su leyenda con 38 años. Insaciable. Único. Irrepetible.

Los Lakers son ese contexto en el que D'Angello Russell es capaz de errar hasta cinco triples y anotarse los tres que rescatarían al equipo en el último cuarto. También en el que Austin Reaves, un jugador no drafteado, domina los tiempos como nadie en la elaboración y la ejecución desde la media distancia. Incluso en el que LeBron (2), Vanderbilt (3) y Davis (4) completan un total de nueve tapones para frenar el ímpetu de los Grizzlies. Un engranaje en el que todas las piezas son importantes y funcionan con la precisión de un reloj.

A la pregunta de hasta dónde pueden llegar estos Lakers seguramente no haya una respuesta. Pero jamás se puede descartar a una de las franquicias más laureadas de la historia de la NBA. Tampoco a LeBron James. Las cosas funcionan en Los Ángeles, con un equipo capaz de sobrevivir en los contextos más adversos. Es mucho más de los que se esperaba a inicio de curso. Un bloque con personalidad que poco o nada tiene que ver con aquello. ¿Motivos para ilusionarse?