Desde este jueves

Arranca el Mundial 2023: las selecciones de la vieja Europa frente a la hegemonía de EEUU

Inglaterra, España, Francia y Alemania parecen las alternativas más sólidas para frustrar un tercer entorchado consecutivo de las americanas

Alexia Putellas, capitana de la selección española, a su llegada a Nueva Zelanda.

Alexia Putellas, capitana de la selección española, a su llegada a Nueva Zelanda. / Pablo García / RFEF

Sergio R. Viñas

El próximo 20 de agosto, dentro de exactamente un mes, una selección se coronará como nueva

campeona del mundo

en el espectacular Estadio de Australia, un coloso de 83.500 espectadores ubicado en Sydney y construido para los Juegos Olímpicos del año 2000. Será el último partido de una lista total de 64, que arranca este jueves (9.00 horas) con el estreno de la coanfitriona Nueva Zelanda frente a Noruega, la selección ganadora del segundo Mundial de la historia, celebrado en 1995.

Han transcurrido casi dos décadas desde el éxito de las escandinavas, en un contexto en el que el

fútbol femenino

estaba todavía en pañales como deporte de masas. Solo 12 selecciones compitieron entonces (las mismas que en la edición inaugural de 1991), por las 32 que se concentrarán durante estas semanas en

Australia y Nueva Zelanda

. Y Noruega, cuatro presencias en semifinales en las cinco primeras ediciones del torneo, es hoy, pese a Ada Hegerberg, una selección de clase media, con escasas aspiraciones reales de levantar la copa.

La evolución del fútbol femenino

El fútbol femenino ha evolucionado mucho desde aquellas ediciones iniciales. Se ha expandido por el mundo como una disciplina profesionalizada y eso ha provocado una alteración de los equilibrios de las décadas anteriores. Países como la propia Noruega, Japón y China fueron pioneros en apostar por las futbolistas y eso les reportó importantes éxitos internacionales. Hoy, en cambio, el epicentro del fútbol femenino comparte espacio con el masculino: la vieja Europa.

Con una excepción clara, eso sí. Estados Unidos se presenta en la cita oceánica como ganadora de las dos últimas ediciones del Mundial (2015 y 2019) y como favorita clara para ganar de nuevo el título en la final de Sydney. En las ochos ediciones celebradas hasta ahora, siempre ha alcanzado las semifinales, jugando cinco finales y ganando cuatro de ellas, lo que le convierte en la selección más laureada de siempre. Alemania, con dos títulos, es la otra selección que ha logrado proclamarse campeona en más de una ocasión. Japón y la mencionada Noruega completan el palmarés histórico.

Megan Rapinoe y Alex Morgan durante un entrenamiento de la selección de EEUU.

Megan Rapinoe y Alex Morgan durante un entrenamiento de la selección de EEUU. / Archivo

El combinado estadounidense se presenta en la cita con bajas importantes, como las de de Becky Sauerbrunn, Mallory Swanson y Catarina Macario, pero sigue teniendo un bloque que le concede el favoritismo en este Mundial. Megan Rapinoe, en su último baile antes de emprender la retirada a los 38 años, y Alex Morgan, serán las referencias del combinado que dirige el macedonio-estadounidense Vlatko Andonovski.

Las bajas de Inglaterra

Las principales alternativas a la hegemonía estadounidense llegan, escrito queda, desde la Europa más tradicional. Las apuestas, siempre un buen termómetro, señalan a Inglaterra (ganadora de la Eurocopa del año pasado) como segunda favorita, seguida de España, Alemania y Francia. Las británicas, sin embargo, cuentan con tres bajas capitales con respecto al equipo que se coronó campeón de Europa en casa, todas ellas afectadas por lesiones en sus rodillas: Beth Mead, Leah Williamson y Fran Kirby. La ausencia más sensible es la de la primera de ellas, segunda en el

Balón de Oro de 2022

por detrás de Alexia Putellas.

La presencia de la centrocampista del Barça, tras su grave lesión, refuerza ostensiblemente las opciones de España de hacer algo grande en este Mundial, así como la vuelta de Aitana Bonmatí, Mariona Caldentey, Ona Batlle, Irene Paredes y Jenni Hermoso, aunque sigue faltando una delantera que garantice un gran caudal de goles. Siguen ausentes Mapi León, Patri Guijarro y Sandra Paños y eso restará potencial a una selección con todo por demostrar en citas de este calibre, pues nunca ha pasado de octavos en un Mundial (2019) ni de cuartos en una Eurocopa (2013, 2017 y 2022).

Jorge Vilda y Aitana Bonmatí durante el Mundial de 2019.

Jorge Vilda y Aitana Bonmatí durante el Mundial de 2019. / Archivo

Razón esta última por la que se apela a la prudencia desde la concentración española, aunque sin ponerse límites. Entre otras cosas, porque si las jugadoras de Jorge Vilda van avanzando rondas, todo apunta a un cruce tarde o temprano con EEUU, la selección que le sacó del anterior torneo en octavos de final.

El resto de principales favoritas circularán por la otra parte del cuadro, pugnando por un puesto en la final de Sydney. Junto a Inglaterra, Francia mide la llamativa apuesta por Hervé Renard, un técnico con experiencia en selecciones internacionales. Alemania es la otra gran selección del torneo, como acredita su presencia en la final de la Eurocopa del pasado verano.