España, a ganar para no sufrir
El Kazán Arena será el escenario de un partido crucial para la selección española. El equipo debe ganar para posicionarse como uno de los dos primeros equipos del grupo y dejar para la última jornada, ante Marruecos, la opción de quedar primero o segundo de grupo pensando ya en los cruces de octavos de final. La Roja se medirá a Irán, primera del Grupo B tras su victoria ante Marruecos, y el conjunto español buscará los tres puntos con lo que la superaría en la clasificación y vería el horizonte mucho más despejada.
España afronta el duelo con el recuerdo todavía presente del último Mundial en Brasil. Entonces, el equipo arrancó con derrota frente a Holanda y repitió mal resultado ante Chile. La selección quedó apeada muy pronto del torneo y no quiere repetir la experiencia de arrancar con dos pinchazos. Aunque esta vez no quedaría eliminada de forma matemática, todo resultado que no sea una victoria dejaría una situación muy compleja para afrontar el duelo ante los marroquís del lunes en Kaliningrado.
las cartas marcadas
La Roja saltará al campo conociendo el resultado del partido entre Marruecos y Portugal, por lo que sabrá exactamente las cartas que debe jugar. Si los lusos cumplen con la lógica y vencen a los norteafricanos, España saldría a por la victoria para igualar los 4 puntos de su rival, pero además intentaría marcar más goles para superarles en el ‘goal average’ y ponerse en cabeza.
La diferencia de goles general podría ser determinante para decidir si España o Portugal acaban en cabeza de grupo. Este grupo se cruza con el Grupo A, con Rusia, Uruguay, Egipto y Arabia, y el liderato permitiría al combinado español enfrentarse en Moscú al segundo de grupo en los octavos de final. De ser segunda, España jugaría ante el primero del Grupo A en Sochi.
En todo caso, España quiere ganar y continuar creciendo de la mano del nuevo seleccionador. La transición de Julen Lopetegui a Fernando Hierro se está tratando de llevar a cabo con la máxima naturalidad, pese al trauma inicial. Los futbolistas han asimilado el relevo y los contrarios a la decisión de Luis Rubiales, encabezados por Sergio Ramos, se han serenado. La ausencia del presidente en la concentración también ha ayudado a que los ánimos se calmaran.
La familia a que apela Fernando Hierro de forma constante ha olvidado las rencillas, consciente de que deben ser una piña para avanzar. Quedan once supervivientes de la debacle de Brasil en 2014 y nadie quiere volver a vivir uno de los mayores disgustos de sus carreras.
motivaciones personales
Futbolistas como Iniesta o Piqué viven su último gran evento con la Roja y solo se plantean seguir avanzando y marcharse con buen sabor de boca, mientras que otros más jóvenes, como Isco, Koke o Thiago, quieren dejar su sello en Rusia. Ser estrellas en sus clubs no es suficiente sin reconocimiento internacional. Irán será un punto de inflexión. Ganar sería el bálsamo definitivo, el alimento para soñar en una segunda estrella tras un arranque de concentración surrealista que esperan dejar solo en un mal trago.
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