Dinamarca entra en el leyenda con su tercer Mundial consecutivo

El combinado nórdico derrotó a Francia en la final (29-34), logrando un hito hasta ahora inexplorado

Rasmus Lauge fue el máximo goleador del partido con 10 tantos, secundado por Simon Pytlick (9)

Los jugadores de Dinamarca celebran el título de campeones del mundo tras superar a Francia

Los jugadores de Dinamarca celebran el título de campeones del mundo tras superar a Francia / EFE

EFE

La selección danesa de balonmano agigantó su leyenda tras convertirse en el primer equipo en encadenar tres títulos universales consecutivos al imponerse este domingo por 29-34 a Francia en la final del Campeonato del Mundo de Polonia y Suecia.

Francia-Dinamarca

Mundial

29
34
Alineaciones
29- Francia
Gerard; Lenne (2), Mem (5), Fabregas (3), Luka Karabatic (-), Nahi (1) y Nikola Karabatic (-) -equipo inicial- Desbonnet (ps); Remili (6), Lagarde (1), Prandi (3), Tournat (3), Mahé (1p), Grebille (-), Porte (-) y Richardson (4p).
34- Dinamarca
Niklas Landin; Kirkelokke (2), Gidsel (6), Mikkel Hansen (1p), Pytlick (9), Jakobsen (1) y Saugstrup (2) -equipo inicial- Moller (ps), Magnus Landin (-), Lauge (10), Mollgaard (-), Mensah (2), Jorgensen (-), Johan Hansen (-), Holm (-) y Hald (1)

Lo que no consiguió ni la legendaria selección rumana, que encadenó hasta en dos ocasiones dos oros en las décadas de los sesenta y setenta, ni los míticos "Bengan boys", el equipo sueco que dominó el balonmano mundial entre finales del siglo XX y comienzos, o los famosísimos "Experts" franceses, lo logró el conjunto nórdico.

Una selección de recursos infinitos como dejó claro en una final en la que si todas las miradas puestas en las dos jóvenes estrellas danesas, los laterales Mathias Gidsel y Simon Pytlick, autor de nueve goles, el protagonismo acabó recayendo en dos veteranos como Mads Mensah y, sobre todo, Rasmus Lauge.

Algo totalmente inesperado, ya que si Mensah, que no jugó ni un sólo minuto en las semifinales ante España, si había gozado de minutos a lo largo de torneo, Lauge, aquejado de unas molestias musculares, apenas llegaba con veintitrés minutos sobre la pista.

Esta circunstancia poco le importó al central del Veszprem húngaro que acaparó todos los focos en el momento en el que el técnico danés Nikolaj Jacobsen le otorgó el timón del equipo en la segunda parte en detrimento de Mikkel Hansen.

Confianza a la que no pudo responder de mejor manera Rasmus Lauge, que no sólo demostró su capacidad para hacer jugar al equipo, sino su facilidad para ver la portería contraria tras firmar un total de diez dianas, ocho de ellas en la segunda parte.

En ese período Lauge acabó con la esperanzas del equipo francés, que soñó con la posibilidad de lograr su séptimo titulo mundial, más que nadie, tras igualar (17-17) al comienzos del segundo tiempo los hasta cinco goles de ventaja (7-12) con los que llegó a contar en el primer tiempo.

Pero cuando pareció que Francia, que acusó de manera notable la errática actuación de sus dos porteros, podía poner en cuestión el triunfo el equipo danés, surgieron las figuras de Mads Mensah, que con dos imponente cañonazos, y Rasmus Laugue para encarrilar (27-31) a cinco minutos para la conclusión.

Aunque, ni así, se rindió el conjunto galo, que aferrado a Dika Mem y Nedim Remili, logró reducir su desventaja a tan sólo dos tantos (29-31) a poco más de tres minutos para el final.

Una posible remontada con la que se encargó de acabar, como no, el portero Niklas Landin, que pese a firmar sólo ocho paradas, detuvo a dos minutos para la conclusión el penalti lanzado por Melvyn Richardson, asegurando el triunfo (29-34) a una Dinamarca, que ya es leyenda viva de este deporte.