Katir, de la soledad de la derrota a la liberación del triunfo

El muleño de adopción vivió momentos realmente duros tras caer eliminado en las semifinales de 1.500

'Mo' se quitó un peso de encima con su segunda medalla mundialista tras su bronce en el 'milqui' en 2022

Mohamed Katir, muy feliz con su trabajada plata en 5.000

Mohamed Katir, muy feliz con su trabajada plata en 5.000 / EFE

David Rubio

España ha cerrado el Mundial de Atletismo de Budapest de la mejor manera posible con una plata de Mohamed Katir en 5.000 metros que contribuye a la tercera posición en el medallero gracias a los cuatro oros de la marcha (dos de Álvaro Martín y otros dos de María Pérez).

El muleño ha vivido las dos caras del deporte en una semana, de la desazón de la segunda jornada con su inesperada eliminación en las semifinales de 1.500 al éxtasis casi completo de la última jornada con una plata que estuvo a punto de oro de no ser porque Jakob Ingebrigtsen lo superó en la misma línea de llegada.

De pasar de largo delante de los medios españoles a departir durante más de 10 minutos en los que pidió disculpas hasta en dos ocasiones por su comportamiento en días pasados. "Pero si a veces me cuesta hablar hasta con mis padres, imaginaos con desconocidos. Yo soy así. Sé que a veces puede parecer egoísta, pero a mí me gusta irme a la esquina, llorar solo y preguntarme qué me ha pasado", explicó con total sinceridad.

Katir sufrió mucho cuando cayó en las 'semis' de 1.500

Katir sufrió mucho cuando cayó en las 'semis' de 1.500 / EFE

En parte tiene razón. Katir ha llevado una vida monacal durante los casi cuatro meses que ha pasado en Sierra Nevada entrenándose en altura y sin apenas relacionarse con otros atletas a excepción quizá de Thierry Ndikumwenayo, el atleta de origen burundés que debutó como español en la Copa de Europa de Selecciones con una victoria y que en Budapest se quedó a un puesto de la final.

Por eso le costó tanto asumir lo sucedido en el 'milqui'. "Llegar con la segunda marca del año y quedarte fuera de la final es complicado de asimilar. Con el nivel que tengo, qué menos que estar en la final, ¿no?", explicaba tratando de vender su timidez mientras iba cogiendo confianza ante la bondad de las preguntas.

A imagen y semejanza de lo que sucedió con Yulimar Rojas cuando era octava a falta de un salto y recibió los sabios consejos y ánimos de su mítico entrenador Iván Pedroso que resultaron clave para su 15,08 y para un agónico nuevo oro, Katir también se apoyó en una persona muy importante de su entorno.

Además de su entrenador Gabi Lorente, la cuadratura del círculo del subcampeón mundial de 5.000 metros la cierra su agente Miguel Ángel Mostaza, uno de los más importantes del planeta que fue el responsable de gestionar la carrera de unas de las grandes estrellas del atletismo español como Fermín Cacho.

Katir mira al cielo tras proclamarse subcampeón mundial en 5.000

Katir mira al cielo tras proclamarse subcampeón mundial en 5.000 / EFE

"Yo sé que Miguel sabe construir discursos que motivan mucho y por eso le dije que se viniese conmigo a la pista de calentamiento. Allí me ha dado mucha confianza, me ha repasado toda la temporada, con Florencia, con Roma. Me ha dicho que confiaba en mí, me ha hecho creer en quién soy y me ha dicho también que podía luchar por las medallas y que soy de los más rápidos en 5.000. Me ya ayudado mucho", recalcó el de Alcazarquivir.

Ahora Mohamed Katir planea competir el próximo jueves en la Weltklasse de Zürich, una de las reuniones más emblemáticas de la Diamond League que se disputa en el Nuevo Letzigrun... aunque tenía más magia el estadio antiguo. También quiere asaltar su récord español de 1.500 metros (3:28.76), pero de inmediato vuelve a la realidad. "Me gustaría, pero las piernas ya están cansadas. No sé si voy a poder, la verdad", concluye en un alarde de sinceridad.

Por encima de que caiga mejor o peor, de que sea más o menos locuaz y de que tenga más o menos don de gentes, la medalla de plata de Katir es el premio a un 'currante' del atletismo. Solo pudo ganarle Jakob Ingebrigtsen, quien le negó el saludo cuando el español fue a felicitarlo. El noruego es el mejor, pero solo en la pista. Tres minutos y medio después de la salida del 'milqui' o 13 minutos después del pistoletazo en el 5.000 es el peor.