Ford Mondeo Hybrid

Prueba del Ford Mondeo híbrido familiar, cómodo y eficiente

El familiar 'Eco' de Ford destaca por un habitáculo cómodo y una marcha suave y muy estable.

Ford Mondeo Hybrid Sportbreak

Ford Mondeo Hybrid Sportbreak. / ÀLEX SOLER

Àlex Soler

Àlex Soler

Ford tendrá próximamente una oferta amplia de modelos electrificados. Pronto llegarán el Kuga híbrido enchufable, el Puma microhíbrido o el Explorer híbrido enchufable, que se sumarán a una gama donde habitan, desde hace tiempo, el Mondeo Hybrid y, más recientemente, la Transit Van híbrida.

El primer Mondeo híbrido llegó en 2015 en su carrocería de cuatro puertas y Ford ha esperado hasta este mismo año para lanzar la versión electrificada para su silueta Sportbreak, la familiar. En esencia es el mismo coche que su versión equivalente de combustión, pero, además de la propulsión, hay sutiles detalles que lo convierten en un coche 'ECO', según la Dirección General de Tráfico (DGT).

El nuevo Mondeo Sportbreak híbrido, sin ser excelente en ningún apartado, es un notable en casi todos los aspectos. Estéticamente se presenta como un coche enorme, que destacará por un frontal que recuerda ligeramente, en elementos como sus faros o la forma de su parrilla, al Mustang. Su diseño es prácticamente idéntico a la versión berlina, aunque de perfil se va ensanchando para terminar en una nueva trasera cuadrada y recta en la que solo se toman del Mondeo de cuatro puertas los faros traseros. Su apariencia es la misma que la presentada hace ya cuatro años, por lo que no hay secreto en este aspecto.

Más novedades hay en el interior, volviendo a ser un vehículo notable con buenos materiales, un nivel de acabado correcto y algunos cambios en el cuadro de instrumentos. De nuevo, su diseño es el mismo que el visto en el Mondeo Sportbreak de 2015, aunque el cuadro de instrumentos elimina el tacómetro y desplaza el medidor de la velocidad al centro, dejando espacio a ambos lados para dos pequeñas pantallas que muestran la información relacionada con el consumo, tanto eléctrico, como de gasolina, así como otras funciones. En el centro, una pantalla de ocho pulgadas servirá para controlar todos los sistemas de infoentretenimiento. La sensación es que le vendría muy bien un lavado de cara a su interior para adaptarse a las tendencias actuales, con un cuadro de intrumentos más atractivo y funcional y una pantalla más grande en la consola central.

En términos de confort, pese a lo amplio del habitáculo, la sensación no es siempre de amplitud en los asientos delanteros. Con el asiento del conductor lo más bajo posible, los adultos altos podrían tocar el techo con la cabeza. En los asientos traseros, en cambio, no habrá problema y cinco adultos altos pueden viajar cómodamente gracias al amplio espacio para las rodillas. En los laterales se pierde algo de espacio para la cabeza también. La accesibilidad es correcta y el puesto de conducción también. Para redondear el conjunto, un enorme maletero 403 litros será capaz de alojar cualquier equipaje, aunque pierde algo de capacidad respecto a las versiones de combustión para dar cabida a la batería.

Conducción 'ECO'

El Mondeo híbrido se ofrece con un motor de 187 CV de potencia asociado a una caja de cambios automática de variador continuo, una transmisión habitual en muchos híbridos. También en este apartado es notable el vehículo, con un propulsor idel para una conducción suave que explotará los puntos fuertes del interior para una calidad de rodadura elevada. Aun así, su aceleración es muy lineal y se le podría pedir más empuje. Asimismo, su recuperación es más bien lenta. De hecho, pasar de 80 a 120 al incorporarse en una autopista puede resultar algo molesto por su transmisión, que aumentará en exceso las revoluciones para intentar conseguir empuje a costa de ruido. El resultado, sin embargo, es ruido y un empuje con poca fuerza.

En marcha es un vehículo realmente estable, capaz, pese a su tamaño, de realizar cambios de apoyo bastante bruscos sin sufrir. Es un coche que invita a conducir con calma, disfrutando de sus cualidades, concentradas en el apartado el confort y la suavidad. Destaca también su buena maniobrabilidad pese a su gran tamaño, una suerte a la hora de entrar en un parking o moverse en ciudad. Durante la prueba, con la intervención constante de la electricidad, que da para pocos kilómetros, el consumo rodeó los 6,7 litros. Tecnológicamente está bien equipado, con control de crucero adaptativo, sensor de punto muerto o asistencia de mantenimiento de carril, entre otros sistemas. Todo, por 33.570 euros.