El análisis: La declaración de intenciones de Russell y la soberbia de Verstappen

El británico logró la primera victoria de su carrera deportiva en un fin de semana de ensueño y en el que Carlos Sainz volvió al podio

Fea acción de Max no devolviendo la posición a su compañero de equipo, Checo Pérez

George Russell celebra su victoria en Brasil

George Russell celebra su victoria en Brasil

Josep Viaplana

Josep Viaplana

El doblete de Mercedes en el GP de Brasil es una seria advertencia de que han recobrado las prestaciones y el ritmo y que en 2023 lucharán por recuperar el título. El triunfo de George Russell también es toda una declaración de intenciones como el nuevo podio de Carlos Sainz, cada vez con más galones en Ferrari. La carrera acabó con un pecado de soberbia de Verstappen totalmente gratuito y que le puede costar caro en el futuro.

RUSSELL Y MERCEDES, UN AVISO PARA 2023

El británico, de 24 años, uno de los grandes valores de futuro (y también de presente) de esta Fórmula Uno, consiguió en Brasil su primera victoria y también el primer triunfo de la temporada de Mercedes, que lo rubricó con un doblete. Russell, que ya se impuso el sábado en la sprint race, refrendó la enorme mejoría que ha experimentado Mercedes en esta recta final de la temporada y que representa una seria advertencia a navegantes de cara al 2023. El equipo alemán ha dado un paso al frente en cuanto a prestaciones y su ascensión desde Austria ha sido notable salvo en carreras puntuales. De hecho, desde la carrera de Austin se veía venir que el triunfo de Mercedes estaba muy cerca porque el coche ha demostrado estas últimas semanas un enorme ritmo y ha sido el bólido que más ha evolucionado después del parón del verano. El rendimiento da a entender que volverán a ser unos serios candidatos a ganar el próximo curso.

VERSTAPPEN Y LA SOBERBIA DEL CAMPEÓN

Como piloto no puedo decir nada contra Max, ya que es extraordinario y un merecido campeón. También pienso que la sanción de 5 segundos por el toque con Hamilton tras la primera resalida fue inmerecida y ensalzo siempre su ambición, carácter y determinación. Sin embargo, el incumplimiento de las órdenes que le dictó el equipo en la última vuelta me pareció fuera de lugar y una falta de respeto hacia Checo Pérez, que lo ha dado (casi) todo por él y que del punto que le ‘birló’ puede ir el subcampeonato. Con Verstappen ya campeón, con el mexicano volcado en muchas carreras en ayudarle, la negativa del holandés no solo es una falta de disciplina intolerable sino un pecado de soberbia que le puede ir en contra en el futuro. No hay que olvidar que es de bien nacidos ser agradecido y Max lo olvidó en Sao Paulo cuando a él le era indiferente ser quinto o sexto. Se metió en un lío de forma gratuita e innecesaria.

A ALONSO LE HAN COGIDO LA MATRÍCULA

Fernando es uno de los pocos pilotos de la parrilla que dice las cosas por su nombre y, tenga o no razón, su personalidad hace que se le escuche. Su carácter no acaba de agradar a los comisarios, que le han cogido la matrícula. Para Alonso rige una vara de medir diferente y, ciertamente, no le pasan ni una. La última, el sábado en la esprint race. El doble choque con Esteban Ocon se saldó con una sanción de 5” al bicampeón –perdió tres posiciones para la parrilla del domingo- y dos puntos del carnet. La penúltima fue en Austin, cuando le penalizaron horas después por hacer parte de la carrera sin el retrovisor derecho, una sanción que fue levantada en México porque el procedimiento se inició fuera de plazo. La relación con Alpine y especialmente con Ocon ha ido a menos y ambos cuentan las horas para no volverse a ver en el box. Han hecho bueno el dicho que ‘el primer enemigo es el compañero de equipo’.