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Historias del Desierto | Todo menos un día de descanso

El vivac de Riyadh se convierte en una auténtica locura para preparar la segunda semana de carrera en el Dakar

Se cambia la monotonía, pero el ajetreo es grande: hay que reconstruir los vehículos, estudiar el terreno que aguarda y atender a los medios de comunicación

Para los mecánicos la jornada de descanso del Dakar es de todo menos descanso

Para los mecánicos la jornada de descanso del Dakar es de todo menos descanso / ASO

Josep Viaplana

Josep Viaplana

La jornada de descanso es uno de los momentos más preciados. Los participantes disfrutan de un día diferente, en el que pueden hacer un reset y recargar pilas, aunque acabe siendo tan agotador como cualquier otro. Quedan por delante seis etapas, con terreno muy diverso. Nadie puede bajar la guardia porque en el Dakar los peligros acechan.

No es una jornada de descanso al uso, es decir, que uno no puede dedicarse a dormir, descansar y, en definitiva, a desconectarse de la carrera. No se puede cortar el vertiginoso ritmo bruscamente y este día que pasaremos en Riyadh sirve para reconstruir los vehículos, estudiar el terreno que aguarda, atender a los medios de comunicación y respirar un poco. El reposo, al final, radica en levantarse un poco más tarde y, sobre todo, un día sin conducir. El resto, como siempre, de locos.

El campamento de Riyadh está ubicado en el mismo sitio que el año pasado, amplio, kilométrico y con el suelo asfaltado, lo que permite un trabajo más cómodo. Está en las afueras de la ciudad, envuelto desde hace días por fuertes medidas de seguridad. Los dos atentados que hubo en 2022 encendieron las alarmas y desde el año pasado los vivacs permanecen cerrados a cal y canto. Los controles son numerosos y sin acreditación no vas a ninguna parte.

El día de descanso es todo menos descanso para los mecánicos. De hecho, es el día que más trabajan. El ajetreo que se vive junto a los coches y motos es impresionante. Digno de un espectáculo. Los que trabajan en los equipos oficiales centran la jornada a desnudar las máquinas y volver a montarlas desde cero, tratando de encontrar la más mínima señal de fatiga que pudiera entorpecer el normal funcionamiento de los vehículos.

Los copilotos, por su parte, se disponen a preparar la segunda semana. Pese a que no tienen el libro de ruta hasta 15 minutos antes de la salida, se sabe la zona por la que irán y buscan referencias del terreno. Está absolutamente prohibido trazar ningún track de seguimiento porque la utilización de cualquier sistema de navegación adicional o el uso de los teléfonos móviles está absolutamente prohibida durante la etapa.

Es día también para las relaciones públicas y ahí es donde los pilotos tienen mayor protagonismo. Los encuentros con la prensa, los patrocinadores y las charlas de preparación con el equipo forman parte de una jornada que al final lo es todo menos un día de descanso.