Pepelu indica al Valencia el camino hacia Europa

El Valencia no quiere ilusionarse por encima de sus posibilidades. Insiste en esta idea Baraja jornada tras jornada y así invita a pensar la planificación deportiva. Sin embargo, la realidad es que el conjunto che se sitúa a un solo punto de las posiciones europeas. Un solitario tanto de Pepelu desde los once metros y al filo del descanso fue suficiente para sumar los tres puntos ante un Granada que apenas presentó oposición.

Desde los primeros compases, el caos se adueñó del partido. Apenas habían trascurrido cinco minutos cuando André Ferreira protagonizó el primer susto al recibir una patada accidental en el rostro por parte de Hugo Duro. La acción, sin embargo, no tuvo mayores percances que una pequeña marca en la frente del guardameta.

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Peor parado salió Amallah en el ecuador de la primera parte. El centrocampista marroquí sufrió una lesión muscular que terminó prematuramente con su participación en el encuentro, obligando a Sergi Canós a sustituirle sin apenas tiempo para calentar. Aun así, el valenciano entró enchufado, y no tardó en protagonizar una internada en el área por la que Mestalla clamó penalti.

Más allá de los incidentes inesperados, lo que sucedía sobre el verde no estaba siendo del agrado de Rubén Baraja ni de Paco López. Tanto Valencia como Granada llegaban al área contraria con demasiada facilidad, convirtiendo el partido en un correcalles. Sólo la falta de acierto de ambos conjuntos impidió que este desorden se tradujese en goles.

No llegaría la primera permuta en el electrónico hasta la última acción de la primera parte. Y lo hizo con polémica, más teniendo en cuenta lo acontecido el sábado en Balaídos. Un ligero agarrón de Torrente sobre Hugo Duro llevó a García Verdura a señalar un penalti que Pepelu se encargó de materializar. Paco López protestó airadamente la decisión del árbitro catalán.

El tanto inaugural llegó en un momento doloroso para el Granada, que salió del túnel de vestuarios algo aturdido. El Valencia, sin embargo, no aprovechó la zozobra de su adversario para dar la estocada definitiva, dejando abierta la posibilidad de cualquier desenlace.

Parecía evidente que el partido requería de revulsivos, y ambos técnicos se pusieron de acuerdo en el momento de introducirlos. Se produjeron cinco cambios de forma consecutiva, dos para el Valencia y tres para el Granada. Los de Baraja, de claro corte defensivo para tratar de retener el valioso resultado, mientras que los de Paco López fueron demasiado continuistas teniendo en cuenta su situación adversa.

La voluntad del Valencia de que nada sucediese hasta el pitido final terminó siendo más fuerte que el amago de reacción del Granada, y los ches hicieron valer la ventaja otorgada por Pepelu al filo del descanso para llevarse tres puntos que les invitan a fantasear con la vía europea. Los nazaríes, en cambio, se marcharon de Mestalla ocupando la penúltima posición de la clasificación.