El Leicester da otro paso hacia la gloria

Leicester es sinónimo de fe. Es aguante, esperanza e ilusión inquebrantable. Y aderezado todo ello con Vardy, con Kanté, Mahrez, Okazaki, Drinkwater o Schmeichel es la historia más alucinante en la historia de la Premier.

Por partida doble, tras mes y medio de sequía, Jamie Vardy, catapultó el sueño de los zorros, que tienen cada día más cerca el primer título de Liga de su historia.

Acompañado de 3.000 animosos hinchas, el Lester llevó su particular tour a Sunderland y sumó una victoria que le dispara  a un título que ha ido transitando de la utopía a la posibilidad real. Le aguantaron 66 minutos los black cats, hasta que apareció el '9'.

Después de seis jornadas sin marcar, el goleador de moda reapareció en el momento más oportuno. Cuando la leyenda de Johan Cruyff (Si no puedes ganar, asegúrate de no perder) comenzaba a tomar cuerpo alrededor del líder, un pase profundo de Drinkwater fue rematado por Vardy de forma excepcional.

Y el Leicester derribó un nuevo muro en su escalada hacia la leyenda. Sin ocuparse más de lo necesario de qué ocurriera después en White Hart Lane, el equipo de Claudio Ranieri enlazó su quinta victoria consecutiva y con cinco jornadas por delante ya abraza la eternidad.

El Sunderland, en descenso después de cinco jornadas sin ganar y cuatro empates consecutivos, le planteó un duelo de enorme desgaste. Duro en el centro, firme atrás y peligroso delante con las apariciones de Borini, el equipo de Sam Allardyce tuvo sus opciones.

No solo de frenar la cabalgada del líder, sino, incluso, de provocar su primera derrota desde el 14 de febrero. Rozó el gol en el descuento del primer tiempo pero se estrelló ante la gigantesca figura de Schmeichel y a partir de ahí, en la continuación, los zorros de Ranieri impusieron una marcha más.

Poco importó al final que Mahrez pasara desapercibido por el Estadio de la Luz más allá de una genialidad marca de la casa. A su alrededor Kanté redondeó un partido bestial, Drinkwater trabajó y asistió, Albrighton aguantó, Okazaki corrió... Todos a una. Y el premio redondo.

A partir del 0-1 se rompió todo, aunque fuera contra el deseo de Ranieri. Tuvo dos ocasiones de igualar el Sunderland y pudieron sentenciar Drinkwater y Ulloa.

Lo hizo, en el último suspiro de la prolongación el héroe inesperado cuando comenzó la temporada y que hoy ya es la figura más querida en Filbert Way. A la carrera, como el equipo en pleno, Vardy puso tierra de por medio, marcó el 0-2 y la fiesta fue completa para el Leicester.

Y los 3.039 hinchas que le acompañaron hasta Sunderland volvieron a casa pellizcándose para comprender el sueño que siguen viviendo.