El Girona vive 'su' día de la marmota

Con la derrota en el Cívitas Metropolitano, ya van cinco consecutivas lejos de Montilivi

El conjunto de Míchel sigue siendo irreconocible si no tiene a su afición cerca

Dovbyk, la gran esperanza del Girona

Con la derrota del sábado, el Girona encadena cinco derrotas lejos de Montilivi

Con la derrota del sábado, el Girona encadena cinco derrotas lejos de Montilivi / EFE

Clàudia Espinosa

Clàudia Espinosa

No podría haber empezado mejor. Era el escenario ideal. 0-1 que confirmaba el regreso goleador de Dovbyk, Savinho estaba haciendo 'magia' por banda izquierda y la salida de balón volvía a ser efectiva con la inclusión de Eric en el carril central junto a David López y Blind. Pero la primera media hora fue un espejismo. Un espejismo del Girona que juega en Montilivi.

DEL 'ESPEJISMO' A LA REALIDAD

Claro, el gol llegó demasiado pronto. El Girona se acomodó un poco y dejó que el Atlético, que arrastraba cierto desgaste físico - y mental - del miércoles ante el Borussia y que ya podía estar pensando en la vuelta, se metiera de lleno en el partido. Llegaron los primeros avisos en forma de disparos de media distancia, porque el cuadro de Míchel tenía las líneas bien juntitas y evitaban ser superados por dentro.

Y de una falta que cometió Yangel Herrera, llegando muy tarde sobre de Paul, llegaría el empate rojiblanco. Griezmann puso con mimo un centro que remató Correa, pero que se estrelló en el brazo de Miguel. Y el francés asumió la responsabilidad. Y a partir de aquí, empezaría la remontada del cuadro de Simeone.

Sí que es cierto que si De Burgos hubiera señalado la pena máxima sobre Savinho - cuando el partido todavía andaba 1-1 - hubiera cambiado la película. Pero es bastante probable que el Girona hubiera vuelto a mostrar su cara 'B', que le ha llevado a encadenar con esta, cinco derrotas fuera de casa.

CINCO MANCHAS EN EL EXPEDIENTE

Todo comenzó en el Bernabéu. El Girona viajó a Madrid con la confianza y la esperanza de que podían asaltar el liderato. Pero no. El conjunto blanco pasó por encima de los pupilos de Míchel (4-0), pero no eran para nada conscientes de que esa derrota iniciaría una terrible racha lejos de Montilivi.

Después tocó visitar San Mamés, y aunque el equipo lo intentó hasta el final, no pudo culminar una remontada iniciada por Tsygankov y Eric (3-2). Pero para nada podía esperar el Girona que la historia se repetiría en Son Moix (1-0), en el Coliseum (1-0) y en el Cívitas Metropolitano (3-1).

Y es que si el equipo no siente cerca a su afición, no es capaz de imponer su identidad sobre el césped. Mientras que cuando juega en Montilivi, sí que emplea su juego, saliendo desde atrás, ejecutando una presión alta tras pérdida. Aunque también es cierto que hasta la última jornada ante el Betis, Artem Dovbyk no se 'dignó' a aparecer. Y su rendimiento goleador ha sido clave para que el Girona esté donde está. Porque no nos olvidemos de que la temporada del Girona sigue siendo, y será, histórica.