El Girona quiere retener a Pablo Machín

Carles Rosell

La caja de los truenos la abría, el lunes, el propio Pablo Machín. En la presentación de su campus, en Soria, aseguró que “si llega una oferta irrechazable, la valoraré”, abriendo la puerta a una salida que, según su opinión, “no sería muy difícil”. Se encendieron todas las alarmas. Entre la afición, que teme perder a uno de los artífices del gran éxito que vive el Girona. Y también en el seno del club.

En Montilivi, todo el mundo es consciente de que de ofertas, al técnico no le faltarán. Quique Cárcel, el director deportivo, lo sabe mejor que nadie. Está asumido. Pero para nada entra en los planes dejarle marchar. El primer objetivo, a corto plazo, es sencillo: que cumpla su contrato, que termina el 30 de junio de 2019. Y el segundo, es abordar su renovación. Lo decía el propio Cárcel, este mismo mes. El deseo es el de sentarse a negociar su continuidad. Por “dos o tres temporadas”, si es posible. “Es una sensación obvia, que el proyecto pase por sus manos porque lo está haciendo francamente bien. Pero todavía tenemos que hablar de ello”, remataba el propio Cárcel. 

Pero Machín sigue en sus trece. La puerta de salida está más abierta que nunca. Lo esperado, para un entrenador que ha conducido el Girona, en su primer año entre los más grandes, en una actual séptima posición y con firmes opciones de clasificarse para Europa. Si el lunes lo decía en Soria, ayer repetía discurso en una entrevista en el programa ‘beIN XTRA’. En él, entre otras cosas, se le preguntó por su futuro. Y esto es lo que respondió: “Si me llega una oferta súper importante e irrechazable, el primero que me dirá que me lo he ganado y que me vaya es Quique Cárcel. Nuesta vinculación va más allá de lo estrictamente laboral. He tenido opciones de salir otras veces y siempre he pensado que Girona es el mejor sitio para seguir creciendo”.

Esto valoraba, antes de añadir que su “prioridad” es la que “ahora mismo acabar bien la temporada”. Siguió centrado en el presente, en el “día a día”, afirmando también que “hoy por hoy el equipo que ha creído y que cree en mí es el Girona. Me centro en ellos. Luego ya habrá tiempo para sentarse”, apuntando también que “desde la sencillez, quiero ser una persona ambiciosa. Como lo son los jugadores. Porque en esto del fútbol, nunca se sabe hasta donde se puede llegar”. De momento, quedan dos meses de competición. Tiempo que el club intentará aprovechar para convencerlo y frenar su adiós.