El Girona se harta de ser la víctima favorita del VAR

Míchel dirigiendo un entrenamiento en La Vinya

Míchel dirigiendo un entrenamiento en La Vinya / Girona FC

Marc Brugués

Muy calientes acabaron los miembros de la expedición del Girona el domingo por la noche después del partido en Almería (0-1). La alegría por los tres puntos sumados, que permiten al equipo mantener vivo el sueño de luchar por el ascenso directo, sofocó un poco unos ánimos que hace tiempo que están encendidos ante muchas decisiones arbitrales controvertidas. 

En Almería, no solo fueron los jugadores los que se quejaron en el mismo césped. Míchel habló de “surrealismo” y de situación “increíble” la acción en que el VAR hizo repetir el penalti. La incomprensión hizo que incluso el delegado, Javier Galiano, siempre sensato y atento con el colectivo arbitral, fuera amonestado.

Una jugada, la del penalti repetido, que provocó la expulsión de Borja García que estaba en el banquillo. Delfí Geli se soltó y repartió a diestro y siniestro. “Es incomprensible el que pasa. Parece que el Girona tenga que jugar contra muchos más elementos que el rival”, dijo el presidente.