El Girona firma un regreso accidentado

Ha quedado más que claro que al Girona no le prueba el regreso a la competición. El largo paréntesis le ha sentado mal al conjunto de Pep Lluís Martí, que sigue sin encontrar el rumbo adecuado para lograr su objetivo, que no es otro que el de subir a Primera. Se mantiene instalado en puestos de promoción, pero cada vez más lo parece por demérito de los rivales directos que no por sus méritos propios. La victoria de la semana pasada ante el Numancia es un espejismo. Los malos resultados se acumulan y la imagen es de un quiero y no puedo constante.

En estas últimas cinco jornadas, justo la que acumula la liga tras el parón, el Girona presenta el quinto peor registro de toda la categoría. 5 puntos de 15 posibles y gracias. Lugo, Extremadura, Numancia y Racing, todos equipos de la parte baja de la clasificación, son los únicos que atesoran un peor bagaje.

Preocupa que en este lapso de tiempo en un único partido se haya visto portería. Dos goles ante el Numancia y para de contar. A cero en Las Palmas y ante Racing, Elche y Málaga. Se sigue dependiendo en exceso de un Stuani que acumula 450 minutos sin descanso y al que se le ve cada vez más agotado. Los centrales todavía no se han estrenado y la aportación goleadora de los medios es insuficiente.

Para más inri, los números a domicilio dan miedo. El Girona es el segundo visitante de la categoría, algo impropio de un candidato al ascenso y de la plantilla más cara de la liga. Son 15 puntos de 54 posibles, apenas un cuarto. Incluso el Racing, colista de Segunda, lo hace mejor lejos de su estadio. 

"Tenemos que dar la cara ante esta situación. Ahora mismo estamos en una clasificación que nos permite soñar todavía en un hipotético ascenso. Tenemos que ser fuertes y pensar en positivo por lo que viene", dijo Àlex Granell en La Rosaleda. Quedan siete finales para ponerlo en práctica.