Borja García, la gran novedad

El Girona ha vuelto hoy al trabajo después de disfrutar de nueve días de vacaciones. La parada navideña ha servido para cargar pilas y volver con la ilusión intacta después de cerrar la primera vuelta en posiciones de play-off de ascenso gracias a unos dos últimos meses de competición más que notables.

El primer día de trabajo, aun así, no fue del todo normal. La excepcionalidad de la pandemia hizo que a mediodía, jugadores, técnicos y todos los miembros del staff se sometieran a pruebas PCR y macetas de antígenos. A continuación, los futbolistas empezaron a trabajar, eso sí, de manera individualizada y en grupos reducidos. A diferencia de otros clubes, el Girona no tendrá los resultados de las pruebas hasta mañana y, en caso de que aparezcan casos positivos, seguirá el protocolo de la Liga.

Michel pudo trabajar, ya en plenas condiciones físicas, con Borja García y Pablo Moreno, recuperados de sus lesiones, y también David Juncà, una vez cumplida la cuarentena después de ser positivo a mediados de mes por Covid. Por el contrario, no estuvieron todavía, Stuani, Bueno ni Calavera, con permiso.

La pelota ya rueda en la Viña con el partido de domingo en Huesca en el horizonte. Una cita de lo más exigente en la que el Girona intentará mantener la buena dinámica con la que ha acabado la primera vuelta. En este sentido, sobre el césped de Vilobí trabajaron dos hombres a quienes la afición hace tiempo que no ve como Borja García y Pablo Moreno. El andaluz se lesionó el músculo semimembranoso de la pierna izquierda durante los pocos minutos que jugó en la visita al filial de la Real Sociedad a finales de noviembre. Por su parte, el madrileño vuelve dos meses después tras hacerse daño en el tendón del bíceps femoral de la pierna izquierda ante el Fuenlabrada.