La última de Jéremy Mathieu

Adiós a la carrera de Mathieu

Adiós a la carrera de Mathieu / sport

Albert Gracia

Tenía que terminarla así. Todo tan ‘Mathierista’, si me permiten la expresión. Como si José Luis Cuerda hubiera decidido poner sus manos en la carrera del central francés. Mathieu ha vivido cerquita de lo peculiar, rozando lo cómico y lo absurdo en algunos momentos. Ha sido un tipo especial que ahora cuelga las botas justo cuando se le diagnostica una lesión importante en su rodilla. Como un niño cabreado al que le quitan su juguete favorito y se cabrea tirándolo todo por la borda. 

Y así termina la carrera de un Mathieu que vivió el fútbol como un deporte más y no como el deporte más. Si no, a ver quién entiende su naturalidad a la hora de hablar en una entrevista de un conflicto interno entre Messi y Luis Enrique, o señalar que fuma tabaco a menudo, o charlar más en los medios que en el propio vestuario.

Lo cierto es que Mathieu nunca pareció entender lo que era el Barcelona y todo lo que le rodeaba. Zubizarreta lo incorporó del Valencia, pese a las críticas por los 20 millones que costó un central que superaba la treintena. Jamás le importó su precio, ni siquiera que Luis Enrique le pusiera por delante de todo un Piqué en el inicio. 

El francés combinó buen rendimiento con desesperación. El gol al Madrid en un Clásico con el partido ante la Juventus en Turín, donde salió claramente señalado. La carrera de Mathieu ha sido la de contrastes, la de respuestas que solo él sería capaz de hacer, como cuando se sorprendió de jugar de lateral izquierdo llevando toda una vida jugando en esa demarcación.

Cosas de Mathieu, que cuando volvió al Camp Nou vestido ya con la camiseta del Sporting de Portugal, su actual club, se marcó un autogol. Pequeñas anécdotas de un jugador que, pese a sus excentricidades, tenía una capacidad física notable, se llevó un triplete y fue importante en los inicios de Luis Enrique en el banquillo azulgrana. Mathieu se despide lesionado. No puede ser como uno más.